Paseamos por uno de los privilegiados entornos naturales de la geografía española, un auténtico santurio de aves bañado por las aguas del Tajo y el Tiétar que lleva por nombre Monfragüe
Los que nos seguís asiduamente sabéis que nos apasionan los espacios naturales. Es precisamente esta pasión la que nos llevó a visitar el Parque Nacional de Monfragüe durante nuestra estancia en el extremeño pueblecito de Malpartida de Plasencia. No teníamos mucho tiempo pero al menos daríamos una vuelta de reconocimiento para hacernos una ligera idea de la riqueza natural del entorno. 😉
Situado en el triángulo geográfico que conforman las ciudades de Plasencia, Trujillo y Cáceres, el Parque Nacional de Monfragüe fue el primer espacio protegido de Extremadura y es, a día de hoy, un verdadero paraiso para las aves. No en vano, desde 1991, ostenta el título de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), algo que llama la atención de miles de turistas cada año.
Aunque la mayoría de puntos clave son accesible en coche, Monfragüe presenta 3 rutas de senderismo principales con las que disfrutar de su amplia biodiversidad:
- Itinerario Rojo (Villareal – Castillo de Monfragüe): 13 kilómetros de longitud (ida y vuelta) que incluyen algunos de los valores que mejor representan el parque: Un recorrido que atraviesa el Río Tajo zonas de umbría y solana, avistamiento de aves y patrimonio histórico. Puntos tan emblemáticos como el Castillo de Monfragüe, el Salto del Gitano o la Fuente del Francés son sus principales atractivos.
- Itinerario Amarillo (Villarreal – Mirador de la Tajadilla): Una agradable y sencilla ruta de 8 km (ida y vuelta) con el acompañamiento del río Tiétar. Un sencillo recorrido que discurre entre huertas y refrescantes fuentes cubiertas de fresnos y alisos y en el que se puede disfrutar del Mirador de la Tajadilla.
- Itinerario Verde (Arroyo Malvecino – Cerro Gimio): Es el más cortito de todos, 7’5 km (ida y vuelta). Una ruta circular que transcurre entre diferentes tipos de vegetación – principalmente de ribera – y que finaliza en el Cerro Gimio, un lugar perfecto para contemplar la grandiosidad de este enclave.
Aunque nos hubiera gustado realizar algunas de las mencionadas rutas, lo cierto es que el tiempo apremiaba, por lo que optamos por utilizar el coche para llegar a los puntos más representativos de Monfragüe, eso sí, volveremos más tranquilamente en otra ocasión.
Puntos destacados del Parque Nacional de Monfragüe
Salto del Gitano
El Salto del Gitano, también conocido como Peña Falcón, es un roquedal estratégicamente creado por la naturaleza que hace las veces de balcón del Río Tajo.
Enclave por excelencia para el avistamiento de la avifauna del Parque Nacional, sus miradores son probablemente uno de los mejores lugares de la Península Ibérica para avistar aves, principalmente buitres leonados con aproximadamente 80 parejas censadas; aunque también es común observar otras especies como el alimoche, la cigüeña negra o el halcón peregrino.
Es el lugar perfecto para hacer un alto en el camino y disfrutar cómodamente de la fauna en su hábitat natural, un verdadero espectáculo aéreo en el que sacar el máximo partido a tus prismáticos! 😉
Como os podréis imaginar, es uno de los imprescindibles en el Parque Nacional de Monfragüe. Un verdadero santuario para las aves donde éstas campan a sus anchas ignorando por completo el revuelo que sus movimientos originan entre sus multitudinarios espectadores. Un increible espacio abierto que además tiene asociada una leyenda bastante peculiar … ¿Queréis conocerla? El guía Raúl Virosta os lo cuenta de una manera muy amena! 🙂
¿Curioso verdad? Ya sabemos de donde le viene el nombre… 😉
Castillo de Monfragüe
Ole, ole y ole! Absolutamente imprenscindible!! Si queréis disfrutar de una de las mejores vistas del meandro del Río Tajo tenéis que subir hasta esta fortaleza situada en pleno corazón del Parque Nacional de Monfragüe!
El Castillo de Monfragüe fue construido por el pueblo árabe en el S. XII sobre las ruinas de una antigua fortificación celta. Aunque a día de hoy sólo se encuentra en pie la Torre del Homenaje, tiempo atrás, llegó a contar con 5 torres vigía, característica que le llevaría a ser un estratégico punto de vigilancia armamentística cuando las conquistas territoriales estaban en pleno auge.
¿Y cómo se llega hasta este maravilloso punto? Pues muy sencillo, se puede seguir el Itinerario Rojo …
… o bien acceder con el coche. Si optas por esta segunda vía, tienes que seguir la carretera EX-208, que atraviesa el Parque Nacional, hasta llegar al desvío del Castillo.
Una clara señalización que te permitirá continuar por una carreterita de montaña asfaltada y que finaliza en un parking gratuito donde podrás dejar el coche.
Desde allí, un pequeño sendero de tierra te acercará hasta la base de la atalaya donde unas escaleritas te llevarán a este increible mirador histórico.
Ruta en coche por los miradores
Si hay una ruta en la que sentir que el Parque Nacional de Monfragüe es exclusivamente para ti, esa es la ruta en coche por la carretera EX-389, sin lugar a dudas, la carretera más solitaria y apropiada para hacer una completa inmersión en el Parque Nacional y sentir toda la plenitud del entorno.
Una verdadera joya asfaltada repletita de miradores desde donde poder apreciar las diferentes maravillas de este fascinante paraje. Cada pocos metros tendrás la necesidad de parar a un lado de la carretera y contemplar el paisaje, la sensación es de ¡libertad absoluta!
Un recorrido en el que cada mirador tiene algo que decir y donde todos y cada uno de ellos tiene su particular forma de mostrarte lo exclusivo de este lugar, destacando, con mayúsculas, el Mirador de La Tajadilla.
Incluido en el Itinerario Amarillo, el Mirador de la Tajadilla tiene la particularidad de ser el punto geográfico donde los ríos Tajo y Tiétar están más cerquita, apenas unos metros, si bien no llegan a darse la mano por la particular geología del terreno. 🙂
Una singularidad que se supo aprovechar muy bien con la construcción de las presas de Torrejón y Alcántara y la correspondiente central hidroeléctrica.
Como claramente reza uno de los carteles que pueden verse, la construcción de las susodichas presas modificaría el paisaje existente hasta ese momento para siempre!
La inundación acabaría con los diferentes ejemplares de sotos y riberas y crearía una barrera infraqueable para muchos animales, algo que, por otra parte, favorecería la protección de aves nidificantes del roquedo. Como se suele decir en estos casos … No hay mal que por bien no venga! 😉
Y hasta aquí, nuestro primer acercamiento al Parque Nacional de Monfragüe. Un espacio con una amplísima biodiversidad y un mayúsculo valor natural sobre el que creemos es necesario dar un toque de atención.
En nuestra visita percibimos movimientos que, como poco, nos llamaron mucho la atención. No deberían poder permitirse masificaciones de gente o verse ejemplares de ciervos a pie de carretera esperando ser alimentados por los turistas 🙁 ¿Un ciervo comiendo pan y gusanitos?
¡Totalmente subrealista! ¿Escasez de comida en el propio parque? ¿Es necesario controlar más el acceso de los turistas a las distintas áreas? No lo sabemos, pero la fauna y flora que habita en esta privilegiada reserva protegida merecen, a nuestro entender, más cuidados y atención. ¿No te parece?