Recorre Gante de noche y déjate seducir por la elegancia, romanticismo y encanto de esta joyita de Flandes. Caerás rendido a sus pies!
Gante es una ciudad con clase, señorial e imponente. Poner un pie en su centro histórico es suficiente para percibir la grandeza de sus edificios, el encanto de sus fachadas y la magia de sus canales. Injustamente desconocida en pro de su hermana pequeña Brujas, Gante supone la sorpresa de todo aquel que la visita, afirmando casi al unísono que Gante es la ciudad más bonita de Flandes.
Es un hecho, su monumentalidad no pasa desapercibida. Resulta imposible no quedarse boquiabierto al contemplar semejante maravilla arquitectónica. 🙂
Pero si ya de por sí Gante impacta en la retina a plena luz del sol -o bajo la lluvia en su defecto -, cuando el ocaso comienza a ser el protagonista, la belleza de esta joya flamenca entra en otra dimensión.
El mimado alumbrado de calles, edificios y plazas envuelve a Gante en un halo de romanticismo y cierto misterio que la hace fascinante. 🙂
Y es que, a pocas ciudades le sienta tan bien la hora azul. Es el momento perfecto para descubrirla sin premuras, ni mapas, ni listados de qué ver o qué hacer en Gante.
Pasea por la ribera de los canales que forma el río Lys a su paso por la ciudad. Unos canales que favorecieron la prosperidad de Gante en su época dorada al facilitar el comercio de sus preciados paños de Flandes.
Admira la cuidada y esmerada decoración de cada rinconcito del centro histórico de Gante. 🙂
Cruza sus puentes de trazado medieval. El puente de San Miguel conecta sus dos muelles, Korenlei -muelle de grano- y Graslei -muelle de las hierbas-.
Contempla las tradicionales fachadas escalonadas tan típicas de la arquitectura flamenca y que han llegado a nuestros días en un estado de conservación envidiable. La más antigua, datada nada menos que en el año 1200, es hoy día un coqueto restaurante. 🙂
Y, por supuesto, déjate secuestrar por alguno de sus rincones culinarios para mimar tu paladar con los caprichos de la auténtica cocina de Flandes. 😉
La hilera de antiguas tabernas y restaurantes que se asoman al Lys son verdaderas tentaciones gastronómicas a las que ¡¡resulta imposible resistirse!!
Sí, la cultural e histórica Gante se transforma en una elegante y sofisticada dama al caer la noche. Una seductora ciudad que embruja, enamora y embelesa y cuyos encantos consiguen que caigas rendido a sus pies.
¿Estás preparado para dejarte seducir? 😉