Pocas veces se tiene la oportunidad de disfrutar Madrid cubierta de nieve. Enero de 2021 ha sido una de ellas y todo se lo debemos a Filomena
Nieve al 100% en Madrid ciudad. Esa era la previsión meteorológica, por muy inverosímil que pudiera parecer, para el jueves 7, viernes 8 y sábado 9 de enero. ¡Iba a nevar en Madrid! No en la Sierra, que es algo más habitual, sino aquí, a pie de calle. 😮 Y vaya que si nevó. De hecho, nevó tanto que dejó paralizada, bajo un inmenso manto blanco, y en estado de shock a la urbe entera. ¡Filomena vino con fuerza! 😀
Jueves 8 de enero
El jueves nos levantamos con una mezcla de ilusión y escepticismo. Nos asomamos a la ventana y aún nada. Miramos al cielo -estaba nublado-, miramos al suelo -estaba seco-,… El reloj marcaba poco más de las 9:00 AM.
Y entonces comenzó. No eran ni las 11 de la mañana cuando los primeros copos empezaron a caer. Tímidos, aislados, pero ahí estaban. ¡Yuuuuju! ¿Cuajarían? Esa era nuestra duda por aquel entonces. Filomena había aterrizado.
Y pasaron las horas, y seguía nevando y… ¡empezaba a formarse un fino velo blanco sobre los cojines y la mesa de la terraza! 12:59 marcaba el minutero.
Tan poco acostumbradas estamos a ver nevar en Madrid que ya nos sentíamos felices. Ilusas nosotras… En esos momentos, aún no éramos ni medio conscientes de lo que quedaba por venir… 😛
El jueves avanzó y seguía nevando. Esa primera capita de nieve empezó a hacerse más y más densa y ya no sólo se acumulaba en la terraza. Los tejados, coches, aceras, e incluso el asfalto, habían adquirido un impoluto y uniforme color blanco. ¡Estábamos exultantes y muy muy emocionadas!
Al fin y al cabo, desde 2009, Mar no veía nevar así en Madrid. Y para Eli era su primera vez porque la vez pasada aún vivía en Albacete.
Por supuesto, salimos a la calle a disfrutar e inmortalizar el momento.
Viernes 8 de enero
Tras una noche de tregua, amaneció el viernes 8. El día fuerte. El día en el que Filomena haría su aparición estrella. Lo del jueves sólo había sido un aperitivo, según decía Roberto Brasero -meteorólogo de Antena 3-.
Los primeros copos empezaron a caer aproximadamente a la misma hora que el día anterior pero estos eran más atrevidos. Tenían más carácter. En apenas hora y media, había pintado de blanco todo Madrid. Y cuando decimos todo, es ¡todo! No había superficie, pequeña o grande de la capital, que no estuviera tapizada.
Niños, adolescentes y adultos salimos a la calles. Por supuesto, correctamente abrigados no nos fuéramos a constipar. Nunca hubiéramos imaginado salir a comprar el pan en Madrid calzadas con botas de nieve.
Los primeros muñecos de nieve comenzaban a tomar forma; unas obras de arte efímeras que proliferaron por toda la capital.
Y siguió nevando, y nevando, y nevando. ❄️
El Parque de El Retiro anunciaba su cierre. Algunos afortunados habían conseguido verlo con sus nuevas galas invernales, más mágico que nunca; pero otros tuvieron que dar media vuelta. Ya no era seguro pasear por él. El reloj marcaba poco más de las 16:00 horas. Madrid acababa de anunciar que estaba en Alerta Roja por nieve.
La M30 y la M40 empezaban a colapsarse.
Llegó la noche y siguió nevando. La capa de nieve que cubría la mesa de nuestra terraza había tomado forma de una pseudo tortilla de patatas. Decidimos hacer un pequeño “Olaf”. ¡Más felices no podíamos estar! O eso pensábamos nosotras…
La nieve reflejaba el brillo de una luna que estaba espléndida y el cielo se había teñido de un rojo anaranjado precioso. El aspecto era similar al que otras veces habíamos visto en nuestras escapadas al Polor Norte: A Kiruna, Tromsø, Kirkenes, Rovaniemi, Reykjavik,… pero había una gran diferencia. Ahora no estábamos en el Ártico, sino aquí, en el paralelo 40. Estábamos en Madrid. 🤍
Nos fuimos a dormir con las persianas bien subidas para ver nevar hasta el último instante, hasta que nuestros párpados no pudieron más y se abandonaron al sueño.
Sábado 9 de enero. El día ‘D’
¡Y llegó el gran día! Sábado 9 de enero de 2021 ¡El día de la gran nevada! El día que Madrid quedó paralizada.
Nos asomamos a la ventana y flipamos. ¡¿Pero qué es esto?! ¡De locura! La nieve sobre la mesa de la terraza ¡superaba los 50 centímetros!
Y bueno, decimos terraza por decir algo porque no se distinguía absolutamente nada. Filomena la había engullido.
Salimos. En nuestra calle se habían formado hasta dunas. ¿Te imaginas? La nieve nos llegaba hasta la rodilla.
Parques, rotondas, árboles, carreteras,… Todo nuestro alrededor estaba blanco, inmaculado, espectacularmente bonito. Invernalia, Laponia, Narnia… Fueron muchos los apodos que se le pusieron a Madrid ese día.
¡La cantidad de nieve que había caído y que se había acumulado era alucinante! ¡Brutal! Según los registros, no nevaba así en Madrid desde 1971. ¡Hacía 50 años! 😮
Madrid parecía una ciudad apocalíptica. Por las calles no circulaba ningún vehículo, los coches y autobuses se habían dejado abandonados ante la imposibilidad de avanzar.
Las redes sociales echaban humo bajo los hashtags #NieveEnMadrid y #Filomena.
Pero si lo que estábamos viviendo en nuestro barrio ya nos tenía atónitas y desconcertadas, lo que estaba sucediendo en el centro y en otros barios de la capital era digno de película.
La Plaza Mayor, El Oso y el Madroño, La Cibeles, Neptuno, la Puerta de Alcalá, la Estatua de Colón,… Todos los monumentos y lugares emblemáticos de Madrid estaban vestidos de blanco.
En Hortaleza, un vecino decidió darse un paseo en trineo con sus perros -actividad que de normal realiza en la sierra-.
En las plazas de Ópera y Callao se habían improvisado guerras de bolas de nieve…
La Casa de Campo se había transformado en el escenario perfecto para hacer rutas con raquetas de nieve. ¡Gracias Martuqui por la foto!
La M30 se había convertido en la mayor calle peatonal de Madrid.
Y en la Gran Vía… ¡en la Gran Vía estaban esquiando! 😱 No nos negarás que a esta gran nevada madrileña le sobran argumentos para pasar a la historia… 😛
Todo era muy loco. Una locura de la que los madrileños disfrutamos de mil maneras. Ya habría tiempo de pensar en los pormenores después. Ahora tocaba ilusionarse, reir y divertirse con el momento histórico que estábamos viviendo.
Como a media tarde del sábado, Filomena se marchó.
Domingo 10 de enero
Y llegó el día de después, el de la resaca filomenera. Fuimos muchos los que el domingo 10 de enero salimos de nuestras casas para seguir disfrutando del inusual aspecto níveo de Madrid.
Ante la ausencia de vehículos rodados -salvo los de emergencias y cuerpos de seguridad-, las calles eran sólo para nosotros. Algunas avenidas y calles principales ya estaban despejadas pero las aceras seguían atiborradas de nieve por lo que no quedaba otra que caminar por el asfalto. Madrid era nuestro, de los peatones.
La sensación era muy extraña pero ¿qué no lo era en esos días?
Visitamos nuestro querido Madrid Río en primer lugar donde, por cierto, había que pisar con mucha precaución porque había zonas que eran auténticas pistas de patinaje.
¡Los perritos se lo estaban pasando pipa! 😀
Y luego nos acercamos a jugar con la nieve a un parque que tenemos muy cerquita de casa, el Parque de las Cruces.
¡Todo estaba tan bonito! y helado… Con lo que nos gustan los paisajes nevados, ¡estábamos pletóricas!
Y sí, es cierto que Filomena no sólo ha arrancado sonrisas y dibujado caras de felicidad. También ha provocado caos en los hospitales y en el aeropuerto, graves problemas de movilidad, destrozos en la arboleda,… y suma y sigue. Pero ese es otro capítulo que no vamos a tratar aquí.
Hoy nos permitimos el lujo de quedarnos “sólo” con el lado más amable de Filomena, con su faceta más poética. Esa que, por unos días, nos hizo soñar y disfrutar como enanas de un Madrid inédito, de un Madrid completamente detenido, paralizado, congelado.
No sabemos si pasarán otros 50 años hasta que vuelva a repetirse algo así pero, de todas formas, no será igual, porque como la experiencia de la primera vez… ¡ninguna! 😍
Gracias Filo por este regalazo de Reyes que te has marcado. ⛄️
Este repor es una maravilla, como todos los que hac´´´´´´´´´eis, Un abrazo
Nos alegra infinito que te haya gustado!!!!
Y sobre el acento… Pues igual es que se ha emocionado, jejeje.
Un abrazote y mil gracias por seguir leyéndonos!
Eli y Mar