¿Te apetece zambullirte en alguna de las mejores piscinas naturales de El Hierro? Pues mira qué de opciones chulas tiene la isla
Es sencillo enamorarse y quedarse prendado de El Hierro. Muy, muy fácil. Cuando no es su gastronomía, nos atrapan sus silencios, o sus montañas, o sus gentes, o sus verdes, o sus negros, ¡o sus charcas naturales! Sí, esos pedacitos de Atlántico que se transforman en un relajado rincón donde darse un chapuzón mientras el océano embiste con fuerza apenas unos metros más allá.
El Hierro tiene varios de ellos repartidos por su costa -todos gratuitos-. Por supuesto, nosotras hicimos los deberes y los visitamos prácticamente en su totalidad en las dos semanas que estuvimos por allí.
Las mejores piscinas naturales de El Hierro
Antes de nada, comentar que todas sus zonas de baño nos fliparon pero, por supuesto, tenemos nuestras preferidas. Así que… ¡adelante listado de baño herreño! Por cierto… no te olvides de los escarpines. 😉
El Pozo de las Calcosas
Fue el primero que visitamos y ¡qué inauguración! 😱 Una piscina bien grandecita al resguardo de la fuerza atlántica y a la vera de un antiguo poblado herreño levantado en la pared del acantilado.
Es un dos por uno. Mientras te das un baño, contemplas una construcción ancestral de casas con tejado de colmo -material vegetal que ya no se utiliza. Por cierto, este poblado está actualmente deshabitado por peligro de derrumbe aunque sí vimos alguna casita que se alquilaba a nivel vacacional.
Salvo un par de vecinas de la zona, estábamos nosotras solas y hacía un día de lujo así que nos quedamos flotando en sus aguas hasta casi la puesta de sol. La verdad es que vivimos la experiencia de una forma muy especial. 🤩
Para llegar hasta las piscinas naturales de El Pozo de las Calcosas hay que recorrer con paciencia una carreterita que te lleva hasta el pueblo donde está la zona de aparcamiento. Desde ahí, hay una señora escalinata empinada que te baja a nivel del mar. Ya sabes, El Hierro es así, cuesta llegar, pero cuando se llega… ¡alucinas!
El Charco Manso
Esta zona de baño fue la prota de nuestro último día en El Hierro. Queríamos despedirnos a lo grande y, como el buen tiempo estaba asegurado, la dejamos para el final. Un error por nuestra parte porque nos hubiera gustado repetir pero… ¡la próxima vez!
El Charco Manso hace honor a su nombre. Por mucha bravura que tenga el Atlántico, las paredes rocosas que abrazan este lugar se encargan de frenar su ímpetu. ¡Así da gusto! Unas paredes esculpidas en formas de lo más caprichosas formando una especie de catedral natural. 😍 Es una chulada contemplar los tonos turquesa del agua entre tanto paisaje volcánico. ¡Brutal!
La zona es bastante amplia, con varias escaleras de acceso y con su propio chiringuito. Por tener, tiene hasta una zona aledaña para hacer una breve excursión, jejeje. Una de las paredes que protege el Charco Manso divide la zona en dos y, si se cruza al otro lado, se puede visitar una cueva de lava y uno de los iconos turísticos de la isla, su arco natural de basalto.
La carretera de acceso es muy estrechita y hay que armarse de paciencia pero, una vez has aparcado, ¡no querrás volver!
El Charco de Los Sargos
El más salvaje de todos. Sin duda alguna. Un conjunto de acantilados rocosos y aguas increíblemente nítidas cuya belleza y espectacularidad cuesta superar.
Nosotras disfrutamos el Charco de Los Sargos observándolo desde las varias terrazas habilitadas con tablones de madera que hay por el lugar.
El Atlántico estaba demasiado potente para sumergirse, pero no nos importó. Sentir la fuerza de las embravecidas aguas atlánticas y contemplar su baile arremolinado en su encuentro con las rocas fue toda una inyección de libertad y vida. 🙌🏼
El desvío para llegar hasta él está en plena carretera por lo que no tiene pérdida alguna. Además, el camino de acceso ofrece ¡unas vistas de auténtica gozada!
Piscinas naturales de La Caleta
La Caleta es un pueblito de El Hierro que está muy cerquita del aeropuerto y que cuenta con una chulísima piscina natural. Bueno, en realidad, es un área de baño muy bien cuidada y perfectamente mimetizada con el entorno que cuenta con tres piscinas de diferente tamaño.
Como el fondo y las paredes de las piscinas está pintado de azul clarito, puede parecer que es agua “artificial” pero para nada. El agua proviene del salado atlántico. Visto en su conjunto es de postal, con el brillante azul de las tres piscinas contrastando con la fuerza de los grises del entorno y con el intenso azul oceánico. ¿Te hemos dicho ya que nos encantó? 🤗
Es cierto que no es una zona de baño “salvaje” como tal pero está muy bien pensada y se disfruta igualmente. Además, si lo prefieres, en los alrededores hay un espigón con escaleras habilitadas para bañarse directamente en el océano.
Este espigón forma parte de la playa fósil que bordea esta zona de baño. ¿Y qué es una playa fósil? Pues playas levantadas que se formaron durante una subida del nivel del mar por variaciones en la temperatura allá por el Terciario y Cuaternario. Como te imaginarás, el valor geológico de la misma es inmenso.
El Charco Azul
Puede que el Charco Azul sea la piscina natural más famosa de El Hierro. Bueno, más que puede… ¡lo es! Y no es para menos. Esta poza natural es un paraíso, una pequeña cueva con una ventana al Atlántico por la que se filtra la luz y el agua, creando un charquito de aguas verde turquesa.
Impresiona estar ahí, cobijado, mientras se siente la potencia de las olas atizando las paredes que protegen el lugar con toda su bravura. Es de lo más relajante y reconfortante. ¡Palabrita!
Es de esos rincones que hacen que El Hierro sea tan especial y mágico. Eso sí, una vez más, la isla no nos lo iba a poner fácil, jejeje. Para disfrutar de él, hay que descender el acantilado desde la carretera a través de unas empinadas escaleras que hacen zig-zag. Un consejo, cuando tengas que subirlas, no lo pienses; solo avanza, escalón tras escalón y se te hará menos pesado. 😜
Como te estarás imaginando, al ser tan popular, es complicado tenerlo para ti solito. Nosotras lo visitamos cuando el turismo en la isla aún estaba dormido por la pandemia y, claro, apenas había nadie. Pero bueno, seguro que yendo en temporada baja o a determinadas horas, hay menos afluencia.
Piscina natural La Maceta
Al igual que el Charco Azul, La Maceta es un lugar muy popular en la isla. Los porqués están claros. En pleno Valle de El Golfo, de muy fácil acceso, con un amplio aparcamiento, su propio restaurante y, cómo no, varias piscinas de gran tamaño donde zambullirse.
Dado su tamaño y disposición, es la infinity pool naturale de El Hierro pues tiene unas vistazas al Atlántico que quitan el hipo. Estar apoyadas en uno de sus bordes mientras dejamos que la mirada se perdiera en el océano fue, sencillamente, de las mejores sensaciones que vivimos en la isla.
Aún así, hemos de reconocer que no es la que más disfrutamos -incluso con poco turismo, había demasiada gente- pero sí admitimos que fue la que nos regaló una de las puestas de sol más románticas. ❤️
Piscina natural de Tamaduste
Tamaduste es un bonito y tranquilo pueblo herreño pegadito al aeropuerto. De hecho, el aeropuerto de la isla está flanqueado en el sur por La Caleta y en el norte por Tamaduste.
Entre sus encantos destaca su bahía natural convertida en la mayor piscina natural de El Hierro. Cierto es que toda ella se encuentra urbanizada, pero la belleza de la bahía en sí misma permanece inalterada, sobre todo si está bajo un cielo completamente azul y recibe los rayos del sol. Apetece darse un baño, ¿verdad?
Aunque no hicimos uso, vimos que había servicio de canoas. Como ya nos conoces, estarás pensando que no fue la que más nos gustó… ¡y acertaste! Por eso está en la última posición del listado. A ver, el lugar en sí, está muy bien, pero nosotras, bueno, disfrutamos más cuanto más salvaje sea el entorno. Y como El Hierro no está falto de rincones así, pues dejamos estos otros para los demás.
¿Y dónde están localizadas? Aquí tienes el mapa con sus ubicaciones exactas para que puedas planificarte bien y no perderte ninguna.
Y hasta aquí nuestro listado personal de las mejores pozas naturales para zambullirse en El Hierro. Por supuesto, aunque intentamos conocerlas todas, seguro que alguna se nos quedó en el tintero. ¿Sabes de alguna más? ¡Cuéntanos!
Por cierto, además de piscinas naturales, El Hierro tiene un puñadito de playas que merece la pena conocer. Pero eso te lo contaremos en otro episodio herreño. 😃