Planes chulos y diferentes en Londres

Vamos a jugar a un juego. Nosotras te decimos el nombre de una ciudad y tú nos dices lo primero que te venga a la mente. ¿Estás preparad@?

“Londres”

¿En qué has pensado? ¿En el Big Ben? ¿En las emblemáticas cabinas telefónicas? ¿En una pinta británica con su fish and chips? ¿En la London Eye? ¿En sus vibrantes mercados? ¿En Nothing Hill quizás? ¿Puede que en la inamovible Guardia Real Británica?

Para nosotras, Londres es excitación y, ¡cómo no!, su Big Ben, esa gran torre con sus infinitos detalles arquitectónicos y su espectacular reloj de cuatro caras que marca las horas con absoluta precisión desde 1859. ¡Qué joya!

Planes diferentes en Londres

Pero no, hoy no vamos a hablarte de los iconos de la capital británica. Esta vez nos gustaría compartir contigo algunos sitios interesantes pero menos conocidos así como un remix de planes alternativos para descubrir otras facetas de Londres. Ocio diferente en una ciudad que se reinventa a diario.

Mural de Cable Street

Ésta fue una de las sorpresas de nuestra última escapada londinense. 🙂 En el barrio obrero de Shadwell, un domingo 4 de octubre de 1936, la comunidad judía, junto con comunistas, seguidores del partido laboral, trabajadores y estibadores irlandeses, se alzaron contra el fascismo del British Union of Fascist -los conocidos como Blackshirts-.

La batalla tuvo un enorme calado social en la época; de ahí que Ray Walker y Desmond Rochfort (con el diseño original de Dave Binnington) quisieran conmemorar el histórico levantamiento de Cable Street creando -entre los años 1979 y 1983- el espectacular Cable Street Mural.

La fabulosa obra de arte, de nada menos que 330 metros cuadrados, refleja el violento enfrentamiento entre policía y manifestantes.

Como curiosidad, al darse lugar poco después del estallido de la Guerra Civil Española, el pueblo llano inglés se sintió identificado con el bando republicano español por lo que, en sus barricadas, utilizaron el slogan con el que los republicanos defendían Madrid: “Shall Not Pass” (No pasarán). Un mensaje que puede verse en el propio mural.

¿A que es una auténtica chulada? ¡Y es gratis 😉 !

The Phantom of the Opera

Londres y sus teatros. ¡Sinergia pura! La ciudad que tantas veces aplaudió las geniales y complejas obras de William Shakespeare ofrece espectáculos a diario. Para todos los gustos y, lo más importante, a precios más que asequibles.

Sí, definitivamente, asistir al teatro nos parecía un planazo. ¿Y qué obra elegimos? La grandiosa y genuina The Phantom of the Opera -El Fantasma de la Ópera-, una de las seis obras más longevas del mundo. No en vano, este musical, lleva representándose ininterrumpidamente en Her Majesty´s Theatre desde su estreno, el 9 de octubre de 1986. ¡Hace ya la friolera de 33 años! 🙂

¡Qué pasada de musical! Dos horas y media de trama intensa e intrigante con momentos simpáticos y divertidos ante la que resulta imposible no emocionarse; una puesta en escena soberbia, con recursos escenográficos sorprendentes y muy elaborados, un vestuario espectacular cuidado al detalle y un reparto que te llega al alma con sus exquisitas voces y sus virtuosas actuaciones. Y de su banda sonora ya, ni hablamos… Un fuertísitmo aplauso para el gran compositor inglés Andrew Lloyd Webber. ¡Mil millones de gracias por crear algo así!

De verdad que si aún no lo has visto, y te gustan los musicales, ¡no te lo puedes perder! ¡Es brutal! ¡Brillante! Tanto disfrutamos que a la salida compramos el CD con la banda sonora original (£15). 🙂

Y no es nada caro, hay tickets desde tan sólo £46. Aunque podríamos haberlas adquirido directamente allí, en el propio teatro el día de la función, preferimos comprar las entradas online en Hellotickets. Así no tendríamos que hacer cola y nos asegurábamos exactamente las butacas que queríamos. Nos dimos un caprichín y las reservamos en la zona Royal Circle. 😉

Londres desde The Shard

Y de los escenarios nos trasladamos a las alturas. Concretamente, al piso 72 del edificio The Shard, el lugar donde está The View from The Shard, el mirador con las vistas más alucinantes de Londres. ¡La ciudad de Dickens a 244’3 metros de altura!

Si bien “sólo” se puede subir hasta la planta 72, el rascacielos The Shard tiene, en realidad, 95 plantas y una altura total del 309’7 metros. Un gigante de cristal, forma piramidal y estilo neo-futurista y high tech que ostenta el título de edifico más alto del Reino Unido y sexto de Europa. 🙂 Se inauguró en noviembre de 2012 y ya es todo un icono del skyline londinense.

En la planta del mirador hay una barra donde puedes pedirte una cervecita, un vino, un cocktail o, porqué no, un par de copas de champagne Moët (£14 cada una). Si quieres brindar por algo especial, ¡estás en el lugar perfecto! 😉

Además de esa barra, también hay otra tres pisos más abajo, en la planta 69. Ambas tienen puffs repartidos por el suelo así como varias mesas y sillas altas. ¡Momento relax!

¿Y cuánto cuesta subir a The View from The Shard? Aquí viene lo mejor, es gratis con la London Pass. Si no la tienes, la entrada estándar cuesta £32 que pueden quedarse en £24 si se compra con al menos un día de antelación. En su página Web tienes más detalles.

De acuerdo, barato barato no es pero, en nuestra opinión, merece muchísimo la pena. Más que un mirador ¡es una experiencia! Nosotras estuvimos allí arriba casi dos horas. 🙂

St. Katharine Docks

Toda ciudad, por grande, bulliciosa y llena de gente que esté, tiene sus rincones secretos ajenos a las prisas y al devenir diario. En Londres, este lugar especial se llama St. Katharine Docks. Y no porque esté precisamente a las afueras… St. Katharine Docks está en pleno centro, muy muy cerquita del Tower Bridge. ¿Sorprendente verdad? 🙂

Los muelles de Santa Catalina -traducción al español-, inaugurados en 1928, fueron de vital importancia para el comercio marítimo de la ciudad en su época pero, lamentablemente, quedaron relegados a un segundo plano con el aumento del tamaño de los barcos y la imposibilidad de que estos entraran en él. Esta realidad, sumada a los daños que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial, los catapultaron al olvido durante años. 🙁

¡Pero eso ya es historia! Afortunadamente, las rehabilitaciones llevadas a cabo en los años 70 y 90, le han devuelto el brillo de antaño. 🙂

Hoy día, St. Katharine Docks es un espacio relajado donde se respira calidad de vida. Preciosas viviendas, restaurantes y terrazas con encanto, tiendas, yates y pequeñas embarcaciones de recreo -algunas con bastante solera-, un coqueto puente peatonal de hierro con pasarela levadiza y uno de los pubs ingleses más chulos de toda Londres, ¡The Dickens Inn!, un viejo caserón del siglo XVIII de tres plantas y una fachada con balconadas de madera repleta de jardineras y plantas. ¡Aquí, las pintas, saben de lujo! 😉

En definitiva, St. Katharine Docks es el lugar perfecto para seguir disfrutando de Londres en modo slow travel.

Escalada en el O2

Y terminamos este particular listado de planes alternativos en Londres ¡escalando The O2 Arena! Sí, has leído bien. Why not? 🙂 Caminamos sobre la carpa de lona de uno de los espacios de ocio y eventos más importantes de la capital británica. Artistas de la talla de Lady Gaga, Ed Sheeran, Elton John, Madonna o los Rolling Stones han actuado allí y, durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012, fue utilizado para albergar la competición de gimnasia artística -16500 espectadores-.

Mar fue quien dio con la actividad y nos pareció súper original. El O2 está en la zona Sureste de Londres, prácticamente al lado del histórico Observatorio de Greenwich. Su carpa en forma de cúpula tiene 365 metros de diámetro -los días que tarda la tierra en dar la vuelta al sol-, está sujeta por 12 torretas de hierro -una por mes- que nacen de la propia superficie de la carpa y tiene 52 metros en su punto más alto -tantos como semanas tiene un año-. ¡Nada es casualidad! 😉

Aunque impone algo de respeto cuando lo ves desde abajo lo cierto es que, además de muy seguro -tanto la subida como la bajada se realiza sujeto con un arnés a un cordón gordote de metal-, resulta súper sencillo. No necesitas estar especialmente en forma. Eso sí, si tienes vértigo, mejor abstenerse.

La experiencia completa dura en torno a 90 minutos y cuesta entre £30 y £36 -dependiendo de si vas entre semana o en finde o de si reservas justo para la puesta de sol-. Como ves, el precio no está nada mal.

Una actividad diferente con un toque de aventura que ofrece otro punto de vista bien distinto de Londres. Nosotras nos lo pasamos pipa allí encaramadas, jejeje.