De ruta al Monte de Santa Tecla, el vigía de A Guarda

¿Nos acompañas? Te prometemos unas panorámicas de infarto y la visita a uno de los castros mejor conservado de toda Galicia

Monte de Santa Tecla o Santa Tegra, en gallego. Da igual cómo lo llames, pero ¡tienes que hacerle una visita! Esta montaña de 341 metros de altura se encuentra en el acogedor y colorido pueblito pesquero de A Guarda y es uno de los tesoros naturales más queridos de sus vecinos.

Pueblo de A Guarda
Casitas de colores de A Guarda

Su importancia histórica -en sus laderas se localiza el Castro de Santa Tecla, junto con su estratégica situación- justo donde las tranquilas aguas del Miño se funden con las agitadas y bravas aguas del Atlántico-, y sus vistazas de 360º ante las que resulta imposible no rendirse, lo convierten en uno de los puntos más emblemáticos de Galicia.

¿Quieres conocerle? 🙂

Monte de Santa Tecla, ¡allá vamos!

Si bien se puede llegar al punto más alto de la colina en coche, lo que mola es hacerlo a pie siguiendo los múltiples atajos y senderos habilitados. No te vamos a negar que cuesta lo suyo pero, con paciencia y pasito a pasito, se acaba consiguiendo. A nosotras nos llevó una hora pero porque subimos muuuy tranquilamente y deteniéndonos con frecuencia.

Además, te ahorras la tasa de 1€ por persona de la opción motorizada. Así que, si tienes tiempo y no hace excesivo calor… ¡Te lo recomendamos! 😉

Comenzamos

Eran aproximadamente las 10 de la mañana cuando decidimos ponernos en marcha. El cielo había amanecido parcialmente nublado pero pronto daría paso al solazo de julio, así que teníamos que aprovechar la ocasión para coronar el popular Monte de Santa Tecla sin sufrir una insolación.

Cuando iniciamos el trayecto, pensábamos que la única forma de llegar a la cima era recorrer los 4 km de la serpenteanete carretera que utilizan los coches. Afortunadamente, pronto comprobamos que había numerosos tramitos de escalones para salvar las curvas, lo que nos ahorraba un importantísimo trayecto y aligeraba infinitamente la subida. ¡Gracias!

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Atajo
Atajo en la carretera

Sin embargo, no sería la opción que escogeríamos. Apenas superadas las primeras dos curvas de la carretera, vimos la caseta donde se cobra la tasa a los vehículos. Nos acercamos a pedir información al hombre que estaba allí y, para nuestra sorpresa, además de un par de folletos, nos descubrió una bonita ruta de senderismo que permitía llegar a la cima ajenas a los coches. La PR-G 122. ¡Nos pareció perfecta! La senda comenzaba justo allí, en el lado izquierdo de la carretera.

De senderismo

Nada más comenzar la ruta apareció ante nosotras Os Castrexos Nas Chans. Un área que recreaba la que podría ser la vivienda de una familia castrexa de antaño, huerta y campo de cereal, incluidos. Algo así como un cortijo andaluz o una casita en la sierra de ahora. 🙂

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Castrexo
Área recreativa Castrexos Nas Chans

Nos alegramos de haber elegido esta opción. Por la carretera no lo habríamos visto. 😉

Continuamos nuestro camino por un sendero algo pedregoso de discreta pendiente…

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Senda
Comienzo de la senda

… que nos ofrecía las primeras panorámicas del espléndido Esteiro do Miño con el país luso de fondo. Por aquel momento, empezamos a tener un deseo irrefrenable de alcanzar nuestra meta. Si lo que estábamos viendo nos parecía asombroso, desde los 341 metros del Monte de Santa Tecla, ¡debía ser espectacular! 🙂

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Esteiro do Miño
Esteiro do Miño

Aunque la mayoría de árboles y arbustos estaban intactos, sí pudimos apreciar la triste huella del incendio que arrasó parte de este paraje hace unos años. Zonas que debían estar en sombría y atiborradas de vegetación, estaban ahora completamente expuestas al capricho del astro rey. 🙁 Basta ya de quemar nuestros bosques, ¡¡por favor!!

Con las neuronas en modo reflexión, y sin perder de vista las marquitas blanca y amarilla -identificadoras del itinerario-, llegamos a la bifurcación 5. Santa Tegra estaba a 230 metros de nada. Tan sólo había que subir unas escaleritas… 😉

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Señalización
Santa Tecla está muuuuy cerquita

Un escalón, dos escalones, tres escalones,… La pendiente era algo pronunciada pero lo llevábamos bien. Y si necesitábamos coger resuello, pues parábamos y seguíamos ampliando los recursos para el book fotográfico. 😉

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Océano Atlántico
Océano Atlántico

¡Hola Santa Tecla!

Allí estábamos por fin. Casi una hora después de haber salido de casa. Qué maravilla de vistas. ¡Brutal! De un lado, el abrazo del Río Miño con el océano y el extremo Norte de Portugal; de otro, el perfil de nuestra querida A Guarda y la inmensidad del Atlántico. Estábamos algo cansadas pero nos recuperamos pronto gracias a la eficaz medicina que teníamos ante nuestra retina.

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Vistas de Portugal
Vistazas de nuestra vecina Portugal
Monte de Santa Tecla - A Guardia - Pueblo
Casitas de A Guarda

Permanecimos inmóviles un buen rato. Atónitas, mirando a izquierda y derecha. Ahora entendíamos porqué semejante lugar es uno de los más apreciados y visitados de toda Galicia. ¡¡Su excepcionalidad es incuestionable!! 🙂

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Miño
¡Vistazas!
Monte de Santa Tecla - A Guardia - Vistas de A Guarda
Vistas de A Guarda

También comprendíamos porqué el pueblo castrexo lo había elegido para vivir. Desde allí podían vigilar el tráfico marítimo, así como tener control sobre los barcos que arribaban a los supuestos puertos que, según historiadores, formaban parte de la isla que hay en la desembocadura del Miño y que, hoy día, permanece en el mismo lugar junto a su fortaleza, el Forte da Lagarteira. Esta islita pertenece a Portugal y admite visitas guiadas.

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Forte da Lagarteira
Forte da Lagarteira

Además, nos sentíamos unas afortunadas. La cúspide suele tener una boina de nebulosa que impide ver dos metros más allá, incluso en días despejados. La nitidez de esa mañana era ¡absoluta! 😉

Tras decenas de instantáneas, decidimos dar una vuelta por el lugar. El Monte de Santa Tecla alberga la Ermita de Santa Tegra, dos Vía Crucis y el Masat, el museo arqueológico que muestra los descubrimientos y riquezas históricas encontradas en el lugar.

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Ermita
Ermita de Santa Tecla
Monte de Santa Tecla - A Guardia - Vía Crucis
Vía Crucis

Por supuesto también hay puestecitos atestados de souvenirs y un bar con unas vistas ¡de alucine!

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Souvenirs
Puestecito de souvenirs
Monte de Santa Tecla - A Guardia - Terraza del bar
Terraza del bar

Como curiosidad, el segundo domingo de agosto se celebra La Fiesta del Monte. Todo el pueblo de A Guarda se reune junto a la ermita para oir una misa que da paso a una celebración por todo lo alto donde no falta la danza, la bebida y, por supuesto, la mejor gastronomía gallega. Hemos visto fotos en algún periódico local y lo que allí se monta tiene que ser ¡de órdago! 🙂

Castro de Santa Tecla

Y como colofón de la visita, él. El Castro de Santa Tecla. Con el permiso del Castro de Baroña, el mejor conservado de toda Galicia.

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Castro de Santa Tecla
Castro de Santa Tecla
Monte de Santa Tecla - A Guardia - Castro de Santa Tecla
Castro de Santa Tecla

Restos de un poblado castrexo, que fecha su primera ocupación en el siglo IV a.C., en el que llegaron a vivir hasta 5000 personas en sus casas redondas o cuadradas pero siempre con esquinas redondeadas. Según parece, esta particular forma de construir tenía motivaciones mitológicas. Si no hay esquinas, los espíritus malignos no quedan atrapados en ese lugar… 😉

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Castro de Santa Tecla
Castro de Santa Tecla

En cuanto a cómo vivían en estas casitas, el esquema dibujado en un panel informativo indicaba que formaban un fuego en el centro de la vivienda para obtener luz y calor y que dormían en el suelo sobre bancos de piedra o en hamacas colgadas de las paredes. 🙂

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Castro de Santa Tecla
Castro de Santa Tecla

Además de viviendas, el asentamiento también contaba con talleres, graneros y almacenes. Sinceramente, intentamos discernir qué uso tuvo cada uno, pero nos fue imposible. 🙂

Monte de Santa Tecla - A Guardia - Castro de Santa Tecla
Castro de Santa Tecla

¿Y cómo se ganaban la vida? Pues, mayoritariamente, de la agricultura y la ganadería. Aunque también completaban sus actividades con la pesca, el marisqueo, la caza, el comercio y la elaboración de cerámicas, tejidos e instrumentos metálicos. Vamos, que aburrirse, no se aburrían. 😉

Según nos dijo un lugareño, a día de hoy se están llevando a cabo más excavaciones en los alrededores porque todo parece indicar que hubo más asentamientos. ¡Un motivo más para volver! 😉

De vuelta…

La escapadita de la mañana había llegado a su fin. Con el regocijo de haber conocido uno de los lugares más impresionantes de la costa gallega, emprendimos el camino de bajada. Esta vez sí, por los atajos de la carretera. En menos de 10 minutos estábamos de nuevo en A Guarda. 😉

About Eli y Mar

Viaja siempre que puedas, descubre destinos nuevos, vuelve a aquellos que recuerdes con cariño. Recuerda que miles de culturas, estilos de vida y lugares increíbles te están esperando. ¿Para cuándo la próxima gran escapada?

6 comments

  1. He estado dos veces. Es maravilloso. Vuestros viajes me hacen muy feliz, me encantan porque también soy una loca viajera. Gracias y un abrazo

  2. Admiradas Eli y Mar: ¡ Qué maravilla de reportaje! Cuando estuve yo sola (me encanta viajar sola) en un viaje a Galicia, al parador de Tui, subí a Santa Tecla y, me dejó tan impresionada que volví una segunda vez para podérselo enseñar a mi hermana, no podía dejarla sin conocer esta maravilla. Muchas de las fotos que habéis hecho las hice yo también, así que me han traído maravillosos recuerdos. Me encantan vuestras grandes escapadas, sobre todo las que hacéis por nuestro maravilloso país. ¡ME CHIFLA VIAJAR! Tengo 76 años y seguiré haciéndolo si el dichoso virus se va de una p******* vez. Un abrazo y seguid así, sois geniales..Un abrazo

  3. ¡Qué bonito leer este post! Aquí nací y crecí 16 años de mi vida. En un par de días me toca ir de visita y cada vez me gusta más volver. Habéis descubierto un tesoro que, por suerte, aun se puede disfrutar con la tranquilidad que se merece y emana Galicia. Excepto el segundo domingo de agosto, que como bien decís, se lía parda… ¡parda! ¡Pocos dirán estar ante una celebración religiosa! ¿Será porque lo que no sobra es la “sangre de Cristo”? hahaha.

    ¡Bienvenidas siempre!

    • Hola David,

      Es una zona preciosa!!!! La verdad es que nos pareció un lugar que desprendía muchísima magia y al que guardamos con muchísimo cariño. Estuvimos una semana en un apartamento como dos locales más y nos dio una pena horrible tener que dejarlo…

      Muchas gracias por tu bienvenida porque volver, volveremos, ¡fijo!

      Un abrazo muy fuerte,
      Eli y Mar

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