Alfred Hitchcock afirmó en 1964 que los atardeceres de Zadar eran los más bellos del planeta. Hoy día, no sólo son los más bellos, también son ¡musicales!
Los atardeceres de Zadar son todo un evento. Una cita ineludible para cualquier viajero. De ahí que la tarde que llegamos a esta bonita ciudad croata chequeáramos la hora exacta del esperado fenómeno. Las 20:02 según fuentes oficiales.
Tan pronto comenzamos a caminar el precioso paseo marítimo de Zadar, comprendimos porqué sus ocasos, y ya de paso, esta ciudad, son tan especiales.
El sol había iniciado su viaje de descenso y una luz, tan mágica como seductora, lo envolvía todo. Se respiraba paz. Una tranquilidad inmensa. Calidad de vida. El paseo comenzaba a estar algo concurrido pero nada desentonaba. Todo estaba en equilibrio, en armonía. Chavales con su monopatín, parejas cómplices, padres con sus pequeños, gaviotas sobrevolando el escenario, deportistas a golpe de pedal, veleros navegando el Adriático, ancianos empapándose de años de vida y, como no, turistas a pie cámara en mano.
“Me quedaría aquí un mes entero”.
Esas fueron las palabras que alcanzamos a decir.
Atardecer desde el Órgano del mar
¿Y dónde nos dirigíamos todos? Hacia el lugar. Al espacio diseñado para convertir las puestas de sol de Zadar en una experiencia inolvidable. El Órgano del mar, el fascinante y original instrumento musical arquitectónico, obra del reconocido arquitecto croata Nikola Bašić, que transforma en melodía las olas del mar.
Morske Orgulje es su nombre croata y se trata de una construcción escalonada de 70 metros de largo en cuyo interior se instalaron 35 tubos de órgano de tal manera que cada uno reprodujera un tono único y distinto a los demás.
Las diferentes válvulas talladas en la piedra, junto con la serie de orificios dispuestos en el exterior, hacen el resto.
¿El resultado? Un asombroso y espectacular concierto marino orquestado por la fuerza del viento y el azote de las olas del mar. Siempre distinto, nunca igual.
Era súper curioso escuchar cómo los acordes se intensificaban tornándose en graves y profundos cuando la marea se volvía algo revoltosa. ¡Fascinante!
Como cabría esperar, esta obra de arte fue premiada. Concretamente, en 2006, recibió el premio europeo a Mejor Espacio Público Úrbano. ¡Enhorabuena!
Jugando en el Saludo al Sol
Pero no acaba aquí la genialidad arquitectónica de Nikola Bašić. Justo al lado del Órgano del Mar, este maestro diseñó el conocido como Greatings to the sun -Saludo al sol-.
Una superficie circular de 22 metros de diámetro formada por trescientas placas de vidrio que refleja de maravilla todo aquello que se posa sobre ella. ¡Hora de jugar con la cámara!
Pero lo más chulo llega cuando cae la noche y las placas solares, repletas de energía solar, crean espectaculares juegos de luces dinámicos durante toda la noche. 🙂
Observar cómo las luces se encienden y apagan, cambian de color y se mueven en todas direcciones crea un efecto hipnótico del que resulta verdaderamente complicado separarse. ¡Graaaande Nikola! 🙂
¿Y qué quiso representar el autor? Pues con esta enorme plataforma, en conjunto con otras más chiquititas que tiene alrededor, pretendía simbolizar nuestro querido Sistema Solar. 😉
Y así, jugando con los reflejos, deleitando nuestros oídos con la banda sonora del Adriático y admirando cómo el astro rey encendía el inmenso cielo, fue como nos dio la bienvenida Zadar, la ciudad con más magia de toda Croacia. ¡Graaaaacias! 🙂
Cuando fuimos a Croacia me llamaba mucho la atención visitar Zadar precisamente por este órgano del que habláis. Pero al final era mucho correr para nosotros y la ciudad quedó en pendientes. Os leo y veo las fotos y estoy segura de que estar allí al atardecer debe ser un verdadero espectáculo, algo que no me perderé si llega el momento de volver a este bello país para conocer la parte por la que no pasé.
Un abrazo
Pues cuando tengas la oportunidad, tienes que volver, pero no para hacer ruta, sino para pasar en Zadar, al menos, 2 o 3 días. Es tan relajada esta ciudad… Y sí, es cierto que los atardeceres en las zonas costeras son impresionantes pero el Zadar, al ser además musical es inolvidable!!!!!
Un abrazote!
Había escuchado hablar de este lugar una cuantas veces pero me ha encantado vuestro articulo, apuntado para un futuro viaje, me parece increible esta construcción y sobre todo sacar música y melodías diferentes con ayuda del mar. Espectacular escuchar ese concierto marino con ayuda del viento y el mar, como dices ” Siempre distinto, nunca igual”
Es un lugar muy especial, la verdad, de esos que dejan huella. Porque, atardeceres, hay muchos y muy muy bonitos, pero que, además sean musicales, el de Zadar. El arquitecto se lució a base de bien con su ingenio. Cuando tengas la ocasión tienes que visitarlo, conociéndote, seguro que te deleitarías!
Un abrazote!
Qué bonito…¡No sabía lo de Hitchcok! La verdad que sí son unos atardeceres de película 🙂
El órgano del mar…¡es una idea alucinante! Ojalá se hiciese uno por aquí…El sonido junto a esos paisajes es un escenario perfecto.
Me habéis dado ganas de volver a Croacia. Un abrazo.
Pues venga amiga! Haz la maleta y dedícale unos días a Croacia, si quieres, todos ellos a Zadar. Nosotras cuando volvamos será para conocer y disfrutar más esta parte concreta del país. Nos súper encantó y nos supo a poco y eso que estuvimos 3 días, jejeje.
Besitos!