Las mejores playas de Cerdeña. ¡Del azul al verde turquesa!

La diversidad de calas y playas de la Isla de Cerdeña es brutal. Da igual si estás visitando el Norte, el Sur, el Este o el Oeste; si decides quedarte propiamente en la isla, o te aventuras a hacer alguna excursión por los pequeños islotes que la rodean. Playas que parecen piscinas infinitas, calitas vírgenes repletas de vegetación, zonas protegidas, idílicas puestas de sol, playas de aguas turquesa y arena rosa, dorada, blanca, o de cuarzo,… ¡Cerdeña es un auténtico vergel marino!

Si bien es verdad que 10 días son muy justos para recorrer todo el litoral, intentamos planificarnos lo mejor posible para disfrutar de la pluralidad playera sarda.  He aquí, el resultado. ¡Bienvenuto a la felicitàt!

Alojamiento en Cerdeña

Como lo más habitual en Cerdeña es ir de ruta y es una isla bastante grandecita, lo mejor -en nuestra opinión- es reservar varios alojamientos para no perder tiempo en desplazarse. Al menos, es lo que hicimos nosotras y acertamos de pleno. Vale, ¿y dónde?

En la zona de Palau -genial para ir al Archipiélago de la Maddalena- estuvimos alojadas en Porto Manu, un complejo tranquilo de apartamentos con una maravillosa piscina de agua salada y su propia playa. ¡Comenzamos con muy buen pie! El alojamiento de la segunda noche en la Residenza Le Maree fue una verdadera pasada. Precioso, en plena Costa Esmeralda, con una decoración súper cuca y con terraza. Y además, la dueña, majísima. ¡De 10!

La tercera noche la pasamos en el relajado Hotel L’Oasi, en la mismísima Cala Gonome y con una idílica terraza con vistas al mar ideal para desayunar por la mañana.

Respecto a las paradas estratégicas del sur de Teulada y Villasimius, las hicimos en el coqueto La Porta Blu y en el céntrico Hotel Stella D’Oro, respectivamente. Ambos muy recomendables aunque en el primero tuvimos que hacer uso de antimosquitos, jejeje.

Los tres últimos días de Castelsardo los pasamos muy cómodas en uno de los Jajo Apartments. Era sencillo pero tenía una terraza amplia con zona de barbacoa y no le faltaba detalle. 😉

Y ahora sí, vamos a recorrer ¡las mejores playazas de la costa sarda!

Las mejores playas de Cerdeña

No están todas las que son, pero sí una completa muestra de las increíbles maravillas costeras que atesora Cerdeña. 

Golfo de Orosei

Vaya por adelantado que cualquiera de las playas/calas que pertenecen al Golfo de Orosei son espectaculares. Cada una tiene su originalidad pero todas comparten unas aguas impolutas de tonos que fluctúan entre el azul y verde turquesa y una paisajística despampanante por estar situadas en las faldas de las imponentes montañas del Parque Nacional de Orosei. ¡Un auténtico tesoro natural! 🙂

La única pega de sus calas es que sólo son accesibles por mar. Cada día, desde mitad de abril a mediados de octubre, parten de los puertos de Cala Gonome y Orosei un sinfín de neumáticas y barcos con tantas opciones como gustos personales. Nosotras, como no nos queríamos perder nada, contratamos una excursión en lancha por el Golfo de Orosei para hacer el recorrido completo; la experiencia os la detallaremos en otro post. 😉

Cala Luna

Una de las zonas de baño más famosas de Cerdeña es Cala Luna, aunque bueno, más que cala, para nosotras es una playa en toda regla, arenita fina incluída… Por contar cuenta hasta con chiringuito, algo subidito de precio, pero es lo que tiene ser el único bareto en todo el Golfo de Orosei.

Esta playa tiene forma de media luna -de ahí el nombre- y su agua es azul turquesa y tremendamente nítida. No cubre hasta que estás bien adentro por lo que tienes la sensación de estar inmersa en una descomunal piscina natural. 😉

Como alternativa al barco, los más valientes, pueden llegar hasta ella haciendo una dura ruta de senderismo, de más de tres horas, por la ladera de la montaña. Pero vamos, como que no es lo más habitual.

Además de la extensa zona de baño, Cala Luna cuenta con una laguna interior, que se encuentra separada del mar por una fina franja de arena, y seis impresionantes cuevas donde refugiarse del soletón veraniego – hacer una fotito al brillo del agua desde el interior de una de ellas es casi obligado, jejeje.

Cala Mariolu

Preciosa hasta decir basta. El agua de Cala Mariolu es muy muy nítida, de un color verdoso y azul turquesa que no te cansas de fotografiar y en el que sumergirse es un verdadero gustazo. Además, a lo largo de toda la orilla hay varias piedras bien grandecitas con sus respectivos recovecos, por lo que es una zona muy buena para practicar snorkel. Así que… ¡No olvides tu equipo!

En lugar de arena hay pequeños cantos redondeados de color blanco. Los escarpines, más que recomendables, son necesarios si quieres andar con mayor comodidad.

Lo que más nos gustó de esta cala, además del agua, es la posibilidad, aún en agosto, de encontrar tu rinconcito de intimidad alejado de la marabunta de la zona donde atracan las lanchas y barcos. Bueno, en agosto, agosto, no. Encontrarlo, lo encuentras, pero la gente no deja de pasar de un lado a otro buscando el mejor lugar para hacerse su selfie… ¡Sin comentarios! 😉

Cala Gabbiani

Particularmente, la que más nos gustó de todo el Golfo de Orosei. Prácticamente está cortada por el mismo patrón que Cala Mariolu, pero el agua de Cala Gabbiani es, aún si cabe, más transparente, más verde, más azul, más bonita, más de todo.

El tono del agua varía del intenso azul oscuro de las zonas más profundas al transparente de la orilla, pasando por un degradado de azules y verdes casi subrealista. Una paleta de colores brillantes de la que es imposible no enamorarse.

Además, en temporada alta, está ligeramente menos saturada que la anterior. ¿Qué más se puede pedir? Por supuesto, también es perfecta para practicar snorkel y tiene guijarros, así que, ya sabes… ¡Escarpines, tubo y gafas de bucear a la maleta! 🙂

Zona Norte

Playa La Pelosa

Amor/odio. Te explicamos. La Pelosa es una de las playas más espectaculares de Cerdeña, por no decir la que más -con permiso de las archiconocidas de Isla Maddalena-. Conocerla nos hacía una ilusión tremenda.

La Pelosa está enclavada en un entorno privilegiado de la zona Noroeste de Cerdeña, al ladito de Stintino. Con una arena blanca y fina, sus aguas son el paraíso; azul turquesa en algunas zonas, azules verdosos o marinos intensos en otras y blanquecinas rosáceas en las áreas de menor profundidad, como si fueran lagunas. El juego de colores que se dibuja alrededor de la antigua atalaya aragonesa ofrece panorámicas bellísimas y muy sorprendentes. De algún modo, nos recordaba a nuestra querida playa de Balos, de Creta.

Peeeeero, no todo podía ser perfecto. Los alrededores están repletos de urbanizaciones, chalets y hoteles. No hay ángulo desde el que mires que no esté “manchado” por el ladrillo; el aparcamiento nos pareció excesivamente caro -junio y septiembre: 1,50€ la hora, julio y agosto: 2€ la hora con incremento de 0,50€ si es festivo o fin de semana- ¡¿En serio?! Y no será por falta de plazas de aparcamiento…

Eso sí, otra opción para llegar es dejar el cochecito aparcado e ir en bus. La línea 727 recorre a diario el trayecto Sassari – Puerto Torres – Stintino – La Pelosa. 😉

Y siguiendo con nuestra particular decepción… Para rematar, vemos a vendedores ambulantes con sus chiringos metidos en la mismísima agua vendiendo todo tipo de abalorios. 🙁

Muy apufff. Quizás deberíamos habernos limitado a deleitarnos en sus aguas cristalinas sin tener en cuenta nada más, pero no pudimos. Si mirábamos para el horizonte, bien, pero nos girábamos y no dábamos crédito. Claro está, que visitarla en agosto no ayudó, pero ni con esas.

No descartamos volver en junio o a finales de mayo, si hiciera calor, para llevarnos otra impresión de este elíseo marino. Porque, repetimos, el lugar en sí, es una ¡absoluta pasada! 😉

Playa Le Saline

A esta damisela la conocimos, precisamente, tras salir despavoridas de La Pelosa. También pertenece a Stintino, pero en Le Saline, el parking es gratis y, si bien no goza de la esplendorosidad de la anterior, sus aguas son cristalinamente cristalinas dibujándose una línea costera muy llamativa por el contraste del blanco impoluto de los pequeños fragmentos de mineral que forman la “arena” con el azul turquesa del mar. Como suele decirse, no hay mal que por bien no venga. 😉

Aunque hay muchas zonas reservadas con sombrillas para los hoteles de la zona (se pueden alquilar), existe espacio suficiente para plantar tu particular rincón bajo el sol sardo.

La disfrutamos muchísimo, a pesar de que había gente, no estaba saturada. Inclusive había momentos en los que sólo nosotras estábamos sumergidas. 🙂 ¡Muy, muy recomendable! 

Cuenta con todos los servicios. La única salvedad es que, para ir al baño, debes pedir la llave en uno de los chiringuitos que hay en la playa. Lo identificarás rápidamente por su cartel enorme anunciando “Bagno Sardinia Beach“.

Playa Li Junchi

Esta playa con nombre oriental fue la protagonista de uno de los atardeceres más románticos y relajados de nuestra aventura por #LaGranCerdeña.

La teníamos fichada hacía tiempo y nos pillaba muy cerquita de nuestro apartamento en Castelsardo. Así que decidimos darnos un respiro y pasar la tarde reposadas con un buen libro en la delicada arena de Li Junchi.

Li Junchi cuenta con todos los servicios, es relativamente tranquila en temporada alta y tiene unas aguas muy claritas y teñidas por ese turquesa sardo tan habitual en la isla.

Como puedes imaginar, el parking de pago no podía faltar… De 9:00 a 19:00, del 1 de junio al 13 de septiembre, una hora, 0’60€. También es verdad, que a partir de las 17:00 horas, nadie mira los tickets. 😉

Costa Esmeralda

Lu Impostu

Esta maravilla de playa fue la última que tuvimos el placer de conocer. Lu Impustu es una de las maravillosas playas de la archi conocida y exclusiva Costa Esmeralda. 

Con unas extraordinarias vistas a la Isla Tavolara, sus impolutas aguas de bajo fondo resaltan la fuerza de los azules y verdes del mar. Además de la propia línea playera, su peculiar orografía te da la oportunidad de perderte por las mini calitas de alrededor en busca de vida marina e intimidad.

La conocimos gracias a la recomendación de la dueña de nuestro alojamiento en San Teodoro y, sinceramente, nos encantó.

Aunque el parking es de pago (todo el día, 1 hora/1€; 6 horas/4€), la carretera que lleva hasta él es de libre acceso, por lo que si vienes temprano o a partir de media tarde, puedes encontrar tu hueco gratis.

Playa Capriccioli

La perla de la Costa Esmeralda. La playa Capriccioli es un cocktail natural de roca, arena y maquia mediterránea. Un atractivo fascinante que la convierte en el blanco de todas las miradas. No en vano, es de las más concurridas en temporada alta.

Teníamos en mente hacerle una visita, pero el tiempo no nos dió para más. La dejamos en los pendientes. 😉

Playas del Pevero

Muy conocida por su belleza desbordante y por ser el centro de atención de personajes VIP y, por ende, paparazzis. Piccolo Pevero y Grande Pevero son dos buenos ejemplos de porqué la Costa Esmeralda sedujo en su día al príncipe árabe Karim Aga Khan IV.

A excasos 15 kilómetros de la ostentosa y bulliciosa Porto Cervo, encontramos una arena impoluta junto a un mar turquesa de poca profundidad y una naturaleza salvaje abrazándolo todo con el Lago Patima como prota.

Por supuesto, en temporada alta, están hasta la bola, pero eso no impide que sean dos de las playazas más sobresalientes y bonitas de toda Cerdeña.

Playas de la Maddalena

Imposible no incluirlas en este listado. Las 63 islas e islotes del Archipiélago de la Maddalena son un desfile de playas y calas a cual más prodigiosa.

Entre las más destacadas: La playa Rosa de la Isla de Preveli, un paraíso rosáceo de diminutos fragmentos pulidos de coral, granitos y restos de molusco que tan sólo puede admirarse en presencia de un guía desde la contigua playa de Cavalieri; los fondos marinos repletos de flora y fauna de cala Lunga, en la Isla de Razzoli; o la cala dello Spalmatore, en la Isla de la Magdalena, una ensenada natural de arena dorada junto a un mar transparante de poca profundidad en el que disfrutar del fabuloso azul verdoso del agua.

Zona Sur

Playa Su Giudeu

En Cerdeña, el concepto de playa piscina infinita se lleva mucho. La playa Su Giudeu es un ejemplo de ello. Cientos de metros de arena bañados por unas aguas puras y transparentes exageradamente calmadas y muy poco profundas. Caminas 50 metros y el agua apenas te cubre las rodillas. 🙂

Cuenta con sombrillas, socorrista, bares y tumbonas. No le falta de nada. Bueno, algo de sitio en agosto, pero es natural… Su arena es finísima y muy dorada. 

Tiene un parking privado con un coste de 5€. Si vas a partir de las 16:00 horas, te costará 3€. No hay opción gratuita. 

Playa de Porto Giunco

Casi te diríamos que la playa de Porto Giunco es una gemela de la anterior. Eso sí, sólo en lo que respecta a ser una piscina infinita de aguas turquesa clarito porque, por lo demás, su arena es blanca inmaculada y está integrada en la Reserva Natural protegida de Capo Carbonara, perteneciente a la localidad de Villasimius.

Es una playaza con mayúsculas, rodeada de un entorno privilegiado y con todos los servicios imaginables – tumbonas, chiringuitos, sombrillas, socorrista,… De esos lugares diseñados para pasar el día entero y en los que, además de relajarte con las maravillosas aguas mediterráneas, puedes sacar la cámara y capturar escenas que bien podrían ser una pintura.

¿Hay que pagar? Sí. Entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, tendrás que pasar por caja. Hay 3 parkings amplios, pero son de pago (tarifa única de 5€; la última quincena de septiembre, 3€). ¿Truco? Si vas a partir de las 16:00 horas, es posible que encuentres hueco en el camino de acceso a los parkings y no tengas que pagar. Así lo hicimos nosotras y nos dio tiempo de sobra para aprovecharla. 😉

Playa Punta Molentis

Esta señora playa también pertenece a la Reserva de Capo Carbonara. Es más pequeña que la anterior, pero igualmente bellísima.

El acceso está en la carretera que une Villasimius con Costa Rei. Un trayecto que, por cierto, regala unas panorámicas del Mar Tirreno de verdadero alucine.

Además, el parking es gratis. 😉

Playa Piscina Rei

Como su nombre indica… Una piscina para estar a cuerpo de rey, jajaja. Piscina Rei es una de las playas más extensas en las que nos hemos bañado de toda Cerdeña. 🙂

Como no podía ser de otra forma, sus aguas son impolutas y extraordinariamente tranquilas. Pertenece a la Costa Rei, una de las zonas más exclusivas de la isla, y cuenta con todos los servicios.

Peeeeero hay una gran diferencia con la mayoría. Ésta es ¡GRATIS! Sí, en agosto y sin pagar, por no hablar de que no está nada saturada. Tiene un pequeño parking de tierra muy cerquita en el que podrás dejar el coche vayas a la hora que vayas. ¡Ni lo dudes!

Zona Oeste

Playa Is Arutas

Absolutamente maravillosa. La playa Is Arutas es la guinda perfecta de este recorrido por las mejores playas de Cerdeña.

Forma parte del Área Marina Protegida de la Península de Sinis, en la región de Oristano, y entre sus particularidades encontramos el hecho de que su “arena” es, en realidad, una aglutinación de pequeños trocitos de cuarzo de diferentes tonalidades. Del blanco al rosa pasando por el ámbar. 🙂

Ni que decir tiene, que está terminantemente prohibido llevárselos a casa. 😉

Nos quedamos atónitas, nunca antes habíamos visto semejante composición en una playa. No quemaba nada y con una sencilla caricia se desprendían de la piel. Si a esto unimos que los alrededores tienen decenas de islotes alcanzables a nado y rocas que entran en el agua en forma de láminas, el resultado es una una PLA-YA-ZA y sí, ¡el paraíso del snorkel!

Cuenta con los servicios básicos pero no se pueden alquilar ni tumbonas ni sombrillas. El parking es gratuito y hay un camping para poder alojarse.

¿Algo más? Sí, a pocos metros se ubica la zona arqueológica de Tharros, asentamiento fenicio y posteriormente romano que es visitable por un precio que oscila entre los 5 y 9€. Además, mar adentro se puede hacer una excursión a la Isla di Mal di Ventre – 25€ -, un paraíso natural de calitas de ensueño y bosque mediterráneo para relajarse sumergido en un entorno salvaje y virgen.

Aquí tienes el mapa para que las tengas ¡bien localizadas!

¿Y tú? ¿Conoces alguna joyita más? No te cortes, compátela con nosotras. 😉