Conil de la Frontera, siempre querrás volver

Conil de la Frontera es blanca, bonita y alegre. Este pintoresco pueblo de Cádiz seduce y enamora a todo aquel que pone un pie en él. Por sus impolutas fachadas salpicadas de llamativas macetas de colores, por su pescaito, sus playazas, su arquitectura, su luz, sus bares, su gente, su gracia andaluza… ¡Su todo!

Conil es de esos lugares que enganchan. De esos a los que no dices “adiós” sino “hasta la próxima”. Un lugar al que hay que volver, y repetir, y volver a ir otra vez. Nosotras ya la hemos visitado en dos ocasiones y no vemos el momento de que llegue una tercera. Y es que Conil, no sólo es uno de los pueblos más bonitos de Andalucía, sino que roza la perfección como destino para pasar unas vacaciones ¡de película!

¿Todavía no la conoces? 🙂

Alojamiento en Conil de la Frontera

En Conil hay alojamientos con un encanto mayúsculo. Uno de ellos es el Hostal Campito. Un comodísimo hostal en pleno centro histórico con una espléndida terraza desde donde disfrutar de unas grandiosas vistas y con amplias y bien equipadas habitaciones. Los bares y restaurantes están a pocos pasos a pie y además, el personal es muy majo.

Otra buenísima opción es alquilar una casa en Conil para tus vacaciones en la que disfrutar de este maravilloso pueblo gaditano como si fueras un conileño más. Además, como aliciente adicional, muchas de ellas cuentan con amplios espacios exteriores y piscina… 😍 ¡No les falta de nada!

Cómo disfrutar Conil de la Frontera

Pasea su casco histórico

No hay mejor forma de saborear el ambiente marinero de Conil que caminar sin prisa su centro histórico. No es necesario que sepas dónde vas, sencillamente, déjate llevar.

Contempla sus fachadas blancas salpicadas con el color de sus geranios y claveles, cotillea sus patios, admira el porte de la antigua Iglesia de Santa Catalina y sumérgete en su pasado visitando el Museo de las Raíces Conileñas (gratuito), justo al lado de la Torre de Guzmán.

Si además te alojas en uno de los acogedores alojamientos que hay repartidos por el centro, mejor que mejor. Otra opción es elegir alguno de los caseríos que hay a las afueras pero, particularmente a nosotras, nos atrae más la idea de alojarnos en el corazón de Conil, para respirar su esencia desde dentro. Además, la oferta es amplísima y a precios más que decentes, incluso en temporada alta.

Un ejemplo lo tenemos en el Hostal Torre de Guzmán, una casa histórica de 1733 reconvertida en alojamiento con encanto. Céntrico como él sólo, con su restaurante, su precioso patio andaluz, vistazas al mar, todo tipo de comodidades y solarium para los días de verano. Por tener tiene hasta su propia heladería artesanal… ¿Y el personal? Amable y cercano, como buenos andaluces que son. ¡Como en casa, vamos!

Relájate en sus playas

Uno de los mayores atractivos de Conil de la Frontera es su variedad de playas. Cada una diferente a la anterior pero todas geniales para darse un chapuzón en el Atlántico, para aventurarse encima de una tabla y sacarle partido al viento que azota la Costa de La Luz, para subir un tono el bronceado y hasta para ¡no hacer nada!

¿De las más destacadas? La popular Playa de la Fontanilla, la salvaje y virgen Castilnovo – perfecta para practicar surf -, la apacible Cala del Aceite, la magnífica Playa de Roche, la fotogénica Fuente del Gallo – nuestra favorita por sus acantilados rojizos y sus puestas de sol… En la variedad está el gusto.

¿Te gusta el nudismo? En la Cala de Camacho y las Calas del Quinto encontrarás la intimidad y tranquilidad que buscas.

Y por si todas las nombradas no fueran suficiente, tienes la espectacular Playa de El Palmar en la vecina Vejer de la Frontera. Inmensa, casi infinita, calmada y virgen. Sencillamente ¡impresionante! 🙂

Degusta su cocina

¿Te gusta el atún? Pues estás en el lugar indicado. La calidad atunera de esta zona de España es soberbia. De hecho, en Conil se puede visitar el Museo del Atún de Almadraba (gratuito), toda una experiencia. 🙂

Por supuesto, este manjar gastronómico lo preparan de mil formas. Nosotras probamos las brochetas y el tartar de atún del gastrobar La Cachorra Perdida y nos supieron a gloria bendita. Un local más que recomendable. Sus preparaciones del producto local son creativas e innovadoras.

Y después del atún, pues ve de ruta y déjate sorprender en los más de 150 restaurantes de Conil. El Mirlo, La Casa Inquieta, Los Hermanos, la taberna El Capricho,… La tarea más difícil será elegir cuál. ¿Qué pedir? Mejillones en salsa verde – los preparan de fábula y están muy tiernos -, calamares, chopitos, alguno de los increíbles salazones gaditanos, tortillitas de camarones, carne de retinto – muy típica de esta zona, o lo que se te antoje, porque seguro que sabrá delicioso.

¿Punto extra? Un cucurucho de gambitas sentado en uno de los bancos del paseo marítimo. En Conil es muy habitual ver pequeños puestos móviles con marisco cocido listo para comer. ¡Momentazo!

El broche de oro es cosa del bar Jacaranda y su maestría preparando mojitos. Dicen de ellos que son los mejores de Conil. Además, la decoración del local es bastante curiosa, rústica y llena de cachivaches de todo tipo. Pásate por allí y nos cuentas qué te ha parecido. 😉

Y… aprende con sus vinos

Si te gusta el enoturismo, en Conil tienes una de las bodegas más importantes de la zona. La Bodega y Almazara Ecológica Sancha Pérez.

Es una bodega pequeña y familiar pero que ha venido para quedarse. Elaboran su vino y aceite a la antigua usanza, de manera artesanal y ecológica y, sobre todo, con mucho mucho cariño. ¡Así de bien les va! 🙂

La finca la tienen a pocos metros del mar por lo que pasear entre sus viñedos y olivares es una verdadera gozada, el estimulante aroma del cultivo enfatizado con la brisa del mar. ¿Te lo imaginas?

Un planazo en toda regla, y si vas con niños, pues también, porque aprenden mucho y se lo pasan pipa.