Viajamos hasta Soria para conocer uno de los paraísos naturales más fascinantes del planeta, el Monumento Natural de La Fuentona
Son muchas las ocasiones en las que se dice que no es necesario realizar grandes viajes para descubrir verdaderos tesoros que tienes muy cerquita de casa… Y para muestra un botón ¡o un Ojo de Mar! 😉
Hace bien poquito, tuvimos la tremenda suerte de descubrir el paradisíaco enclave natural de La Fuentona. Un Monumento Natural de extraordinaria belleza y cuyo origen proviene de las aguas que recorren las laberínticas galerías subterráneas de Soria. 🙂
Habíamos decidido dedicar un finde a conocer el imponente Cañón del Río Lobos -uno de los espacios naturales más soberbios de la geografía española-, por lo que reservamos habitación en la localidad de Ucero, una de las puertas de entrada al parque natural.
Concretamente nos alojamos en la Posada Los Templarios, un encantador y cálido hotel rural que conserva el diseño original de muros de piedra y techos de madera. Como queríamos aprovechar al máximo la escapadita, le preguntamos al dueño del alojamiento qué más se podía ver por la zona. No tardó ni dos segundos en darnos una respuesta…
Y ya sabes lo obedientes que somos nosotras. 😉
Dónde está La Fuentona
El Monumento Natural de La Fuentona pertenece al término municipal de Cabrejas del Pinar y se encuentra a excasos cinco kilómetros de la villa medieval de Calatañazor, uno de los pueblitos más pintorescos de Soria.
Si bien se puede acceder al paraje natural mediante alguna de las rutas de senderismo habilitadas, nosotras optamos por acercarnos en coche aprovechando que La Fuentona tiene habilitado un parking. La simbólica tasa, destinada al cuidado y protección del entorno, es de 3€ para los turismos y de 2€ para las motos. Tenemos pendiente volver con más tiempo y marcarnos una buena rutita a pie.
Como dato a tener en cuenta, esta regulación monetaria no se dá en todo momento. De hecho a nosotras nos salió completamente gratis! Fuimos un domingo y justo en el momento que accedíamos, un operario estaba cambiando el cartel informativo de los precios por el de ‘Acceso Libre’… Era media tarde y ¡ya no había que pagar! 😉
Ruta hasta La Fuentona
Desde el parking hasta La Fuentona hay un trayecto de 800 metros aproximadamente, un bonito recorrido junto a las cristalinas aguas del Río Abión para el que no se necesita ningún tipo de preparación física especial. La senda está muy bien acondicionada y es todo muy llanito.
Tan sólo habíamos avanzado diez metros cuando fuimos conscientes de que nos encontrábamos en un lugar privilegiado.
Las aguas del Río Abión -el cual nace directamente en La Fuentona- eran las más puras y limpias que nuestros ojos habían tenido la ocasión de contemplar. Todo, absolutamente todo ser viviente que yacía bajo su húmedo manto era perfectamente percetible por nuestra retina. Estábamos fascinadas, ¡¡la belleza del paisaje era brutal!! 🙂
Permanecimos allí un buen rato, sentadas en el banquito de madera que había a un lado del camino. Jugábamos con la cámara para intentar inmortalizar los millones de matices verdosos del río y capturar el tímido movimiento de las improvisadas ondas que se formaban por el salto del algún bichín.
Éramos las únicas personas del lugar, no había nadie, todo estaba en el más absoluto silencio. Algún pajarito cantarín revoloteaba sobre nuestras cabezas, pero poco más, era el auténtico paraíso, ¡estábamos en la gloria!
Completamente mimetizadas con el entorno, continuamos río arriba sorprendiéndonos a cada paso con el contraste de colores con los que estaban pintadas las aguas del río Abión. Tan pronto se dejaban ver con dulces tonos turquesa como se vestían con fuertes e intensos tonos verdosos. Una auténtica explosión policromática que nos tenía completamente hipnotizadas. 🙂
Pero la senda no sólo nos ofrecía coloridas sorpresas…
También nos decoraba el camino con coquetos puentecitos de madera que nos permitían salvar los pequeños saltos de agua que formaba el desnivel del río. Era finales de abril y el agua caía con fuerza, lo que facilitaba la formación de mini embalses tremendamente fotogénicos. ¿No te parece realmente bonito? 🙂
O nos obsequiaba con bonitos ejemplares de sabinas y sus singulares troncos. 🙂
La Fuentona está enclavada en uno de los sabinares más extensos, importantes y bien conservados del planeta. De hecho, apenas a un par de kilómetros se localiza el famoso Sabinar de Calatañazor, otro de los fascinantes rincones naturales de Soria.
De repente, una señal nos indica que nuestra querida Fuentona está a pocos metros… La expectación por llegar era máxima. ¡Tan sólo nos quedaban 170 metros! 🙂
Y por fin, allí estábamos. La espléndida dama hacia su aparición. Ante nosotras uno de los seis Monumentos Naturales de Castilla y León. ¡Hola Fuentona! 🙂
Fuimos varias veces de un lado a otro de la orilla en un intento por apreciar con mayor detalle el nivel de profundidad del lago. La limpieza y cristalinidad del agua que ya habíamos apreciado en el Río Abión aquí se magnificaba aún más, hasta el punto que nuestra retina era capaz de distinguir la flora que había un metro más abajo.
Vimos a una pareja de fotógrafos monte arriba, por lo que ascendimos por la ladera de la montaña para admirar el vistoso paisaje a ojo de halcón…
Durante un buen rato no pudimos pronunciar palabra. Sólo podíamos pensar que éramos las personas más privilegiadas de la faz de la tierra. No estábamos en Suiza, ni en un monte perdido de Canadá. Tampoco habíamos pasado 48 horas volando para llegar a la lejana Australia… Nos encontrábamos en Soria, a poco más de una hora de Madrid y teníamos ante nuestra incrédula mirada, uno de los lugares más asombrosos, idílicos y especiales del planeta.
Quizás fuera por el espléndido día soleado, por lo acertado del día de la visita, o por la perfección de la estación del año… Quizás, una mezcla de todo… No lo sabemos con certeza. Lo que sí podemos asegurar, es que ese día, a esa hora concreta, estábamos deleitándonos con una de las escenas naturales más increíbles y maravillosas del mundo.
Y como el saber no ocupa lugar, aquí os dejamos algunos datos técnicos para que conozcáis un poquito mejor el origen de esta peculiar formación…
El Monumento Natural de La Fuentona también es conocido como Ojo de Mar y en su conjunto tiene forma de embudo, de 30 metros de diámetro y 9 de profundidad. En su fondo, da comienzo una galería de 203 metros de longitud que desciende hasta los 54 metros bajo tierra, recibiendo el nombre de sifón.
A continuación hay una especia de cueva fuera del agua de grandes dimensiones con numerosos pozos y fuertes torrentes de agua. A partir de esa gruta continúa un segundo sifón que sólo ha podido ser explorado hasta los 100 metros de profundidad… Lo que hay después es todo un misterio a día de hoy. 😉
Ruta a la Cascada de La Fuentona
Tras pasar casi una hora embobadas e inmersas en nuestros pensamientos, emprendimos el camino de vuelta hasta llegar a las señalizaciones de madera. En el camino de ida habíamos visto que, desde esa bifurcación, partía el camino que llevaba a otra maravilla natural. Se trataba de la Cascada de La Fuentona y estaba a excasos 1400 metros.
Esta vez, en lugar de sabinas, el paisaje nos regalaba unas preciosas encinas que aliviaban, de buena manera, el importante solecito que hacía…
El camino también nos resultó verdaderamente cómodo. En poco más de 15 minutos habíamos llegado.
Cierto es que superar la impactante belleza de La Fuentona era bastante difícil, el listón estaba muy alto. Aún así, este salto de agua ofrecía un rinconcito de encanto mayúsculo. La cascada no tenía grandes dimensiones, pero sí dejaba caer un importante chorro de agua que relajaba nuestros sentidos.
La forma y tonalidades de sus paredes nos eran familiares. Justo un día antes nos la había mostrado el Cañón del Río Lobos. Y es que, al fin y al cabo, tan sólo 28 kilómetros separan estas dos genialidades de la naturaleza soriana. El slogan #SoriaNiTeLaImaginas cobraba más sentido que nunca…
Estuvimos hoy y después de hacer la caminata no había agua en la cascada la verdad que nos decepcionó un poco el paisaje es muy bonito
Soy la viajera de 76 años que os escribió sobre Santa Tecla.. Aquí estuve también. Me encanta coincidir tantas veces con vosotras, y hay muchas más (coincidencias, digo). Dos besazos. Concha
Jejeje, la verdad es que sí, mola mil que hayamos coincidido en tantos sitios de la geografía española. Eso es que tenemos muy buen gusto, jijiji.
Otros dos besazos también para ti,
Eli y Mar
¿Se puede ir con perros?
Hola Tamara,
Sí, por supuesto, estás en la naturaleza! Si te gusta hacer senderismo con ellos, genial.
Un abrazote,
Eli y Mar
Gracias por la respuesta! Posiblemente vayamos en el puente mayo. Un saludo!
No está permitido el baño, ¿verdad?
Buenos días Antonio,
Así es, en La Fuentona no está permitido el baño. 🙂 Su belleza es sólo para contemplarla!
Eli y Mar