Parque Natural del Peñón de Ifach. Icono de Calpe

El 19 de Enero de 1987 el controvertido espacio del Peñón de Ifach y aledaños fue declarado parque natural. Y decimos controvertido porque, a lo largo de la historia, esta majestuosa roca calcárea, ha pasado de manos privadas a ser propiedad del estado en varias ocasiones.

La situación estratégica del Peñón de Ifach le ha conferido un gran protagonismo en todas las épocas. Actualmente, y desde hace muchos años, es el icono más reconocido de la Costa Blanca y, en concreto, de Calpe. Aunque el peñón ya no es objeto de batallas o invasiones, muchos tenemos su figura grabada en la mente como trasfondo de las vacaciones familiares. Gracias a ese recuerdo, decidimos volver a verlo, pero esta vez, más de cerca…

Así que, allí estábamos, a las once de la mañana, en la entrada del parque natural, aparcando el coche en un pequeño descampado custodiado por gaviotas, sólo unas pocas en comparación con todas las que íbamos a ver…

En la entrada hay una puerta metálica y un muro con el nombre y el logo del parque labrado. Si vas en silla de ruedas u otro vehículo necesario para tu movilidad, puedes avisar para que te abran la puerta y acceder hasta el inicio de la ruta.

Junto a la puerta y al otro lado del muro tenéis un panel de información. Es recomendable que eches un ojo a este panel ya que contiene información relativa al parque y a veces puede ser muy importante.

Allí nos encontramos con que el acceso a la cima del Peñón de Ifach estaba cerrada temporalmente y sin fecha de apertura. Una pena porque nos hubiera gustado subir, sin embargo, este cierre es comprensible, ya que la ruta está calificada como muy peligrosa y muchos turistas se aventuran a subir a la cima sin preparación alguna. En fin, otra vez será…

Este detalle no nos quitó la ilusión 🙂 y subimos la cuesta serpenteante parándonos con las gaviotas que campan a sus anchas por todo el recinto.

Una vez dentro del parque nos encontramos con un par de sorpresas muy interesantes. Al poquito de entrar, subimos un poco la cuesta y nos topamos, casi por sorpresa, con unas ruinas de la época medieval, la Pobla D’Ifach.

La primera visión que tuvimos es que parecía un pequeño terreno con algunas ruinas aún por excavar, pero seguimos andando y vimos que se extendían un poco más por la falda del peñón, había pequeños yacimientos a cada paso. 🙂

Lo cierto es que impresiona encontrarse con estas ruinas dentro del recinto del parque natural y con unas vistas tan espectaculares a esta altura. Lo mejor de todo… nos enteramos que las excavaciones se habían reanudado ese mismo año. 🙂

Seguimos caminando por el paseo que bordea el lateral del peñón -llamado Paseo de los Miradores de Levante– y ésta fue nuestra segunda sorpresa: desde aquí se tienen unas vistas impresionantes 🙂 de la Playa de la Fossa y de la coqueta Cala Racó y sus aguas cristalinas.

Las visuales que regala de las aguas turquesas del Mediterráneo con los barquitos flotando sobre ellas como si fueran ligeras plumas de aves, es una auténtica maravilla.

Sólo por estas vistas y lo que habíamos descubierto hasta ese punto ya merecía la pena la visita al parque. 😉

Después de casi hora y media disfrutando de la belleza paisajística y de los secretos del peñón, llegamos al centro de interpretación y, por supuesto, entramos a verlo.

Aquí aprendimos que el peñón es el hábitat de una especie de flora única en el litoral alicantino y algunas zonas de Ibiza, la Silene de Ifach.

También descubrimos que esta planta ya no existe en el peñón. 🙁 ¡qué pena!

En el recorrido por el centro de interpretación podrás ver esta maqueta y saber mucho más de la Silene de Ifach y del resto de especies de aves y geología del Peñón de Ifach, así que no te pierdas esta visita. 😉

Y ya por fin… Iniciamos la subida por la senda fácil hacia el peñón. 😛 El primer tramo, el que pudimos completar, llega hasta un túnel y son unos treinta minutos. Pero claro, hay que tener en cuenta que el paraje es una delicia y te vas parando a cada momento para disfrutar de las vistas.

Sólo apremiábamos cuando el sol ya incidía sobre nuestras cabezas, pero no importaba, había sitios de sombra y eran preciosos…

Aunque ésta es una senda accesible para personas con discapacidad, no es fácil en el sentido de que no es llana. Su pendiente, aunque llevable, es continua.

En nuestro trayecto nos encontramos con este chico en silla de ruedas… 😮 Todo un reto y una lección de voluntad y fortaleza que nos dejo con la boca abierta… ¡Olé!

En la subida existen varios miradores a ambos lados del peñón desde donde tendrás unas vistas inmejorables de la ciudad alicantina al completo. De su puerto, sus playas y calas y, cómo no, de sus singulares salinas.

Si estás por la Costa Blanca, no debes perderte esta joya de la naturaleza. 🙂