La ciudad de Benidorm ha sido nuestro descubrimiento de este verano, le dimos una oportunidad y ¡sorpresa! ¡nos ha encantado!
Yo nunca fui, a mí nunca me llevaron. Hablo de los años 80, cuando yo era peque y Benidorm estaba en pleno boom turístico. A pesar de ser el destino predilecto de madrileños, vascos y un sinfín de extranjeros, nosotros pasábamos de largo en el autobús en dirección a Calpe -nos encantaba veranear allí- viendo pasar Benidorm de largo.
Siempre era una inmensa alegría ver aparecer aquellos enormes rascacielos en la lejanía porque significaba que estábamos en la última hora de trayecto. Alguna vez pregunté ¿por qué no nos quedamos ya aquí?, pero mis padres decían que en Benidorm había mucha gente y que era muy feo. A mí, de lejos no me parecía feo, tampoco bonito, sino que era un enorme tetris muy bien jugado.
Año 2020, en plena pandemia por el Covid-19 y después de pasar más de tres meses confinadas en casa, decidimos conocer Benidorm.
Odiada por muchos, Benidorm es quizás la ciudad que ha sido más vilipendiada de toda la Costa Blanca, por la saturación de turismo extranjero -ausente en estos tiempos- y por un incomprendido modelo urbanístico vertical que más tarde se ha revelado como uno de los más sostenibles del Mediterráneo.
¿Qué ver en Benidorm y cómo disfrutar de la ciudad infinita?
Así, Benidorm, se perfiló como el destino perfecto para unas vacaciones, sin masificaciones y atípico. Lo que descubrimos el verano de 2020 fue… ¡una ciudad infinita! ¿sabes por qué?
Arquitectura infinita
Benidorm tiene algunos de los rascacielos más altos de España. Su skyline nada tiene que ver con el resto de ciudades españolas, sino que más bien parece -y así se han referido a ella en numerosas ocasiones- la “Nueva York del Mediterráneo”.
Cuando paseas a los pies de edificios como el Intempo, el Gran Hotel Bali o el Gran Neguri Gane y alzas la vista, te sientes inmensamente pequeño y parece que solo el sol de Benidorm está alojado en el último piso de estos rascacielos. Hasta tu cámara de fotos (si es de aficionado) tendrá problemas para capturar sus alturas y tenderá a inclinar los edificios para que entren en la foto. 😀
Arquitectura infinita en altura, pero también en estilos y formas. Muchos de los rascacielos, hoteles y residenciales de Benidorm tienen su estilo propio y original que contrasta con los edificios más antiguos.
En conjunto, Benidorm consigue una estética única y para nada monótona y por eso consideramos que merece la pena incluir una ruta arquitectónica en este listado de puntos de interés que ver en Benidorm.
Skyline infinito…
… Y playas infinitas de un azul turquesa también infinito. Así es la panorámica de Benidorm cuando subes a cualquiera de sus miradores. Desde la Cruz de Benidorm o desde Tossal de Cala, en el extremo opuesto, tendrás las vistas más preciosas de toda la ciudad.
Sus dos playas de Levante y Poniente son difícilmente abarcables en una sola captura.
A cualquiera de estos miradores puedes llegar en coche, pero si prefieres una experiencia más… para vivir Benidorm, cualquier día de 10 a 12 horas o de 18 a 20 horas, puedes visitar el mirador del Gran Hotel Bali. Se encuentra en la planta 43 de este hotel y es uno de los sitios más románticos para ver la puesta de sol y quedarte luego a disfrutar de sus instalaciones.
La entrada cuesta 6€ e incluye una consumición que podrás tomarte en su magnífica piscina.
Alojamientos infinitos
Habrás pensado, “menudo descubrimiento, todo el mundo sabe que en Benidorm hay alojamientos por doquier”. Y es cierto, pero lo que no todo el mundo sabe es que la variedad de alojamientos es infinita, y algunos con muy buenos precios. Desde grandes hoteles que rozan el cielo hasta casas y chalets más familiares, o bien, hoteles más cucos en los que pueden darte ganas de quedarte indefinidamente.
Nuestro descubrimiento fue el Hotel H10 Puerto Poniente. Un hotel sin grandes alturas pero infinito en sus espacios y en la atención a sus huéspedes. Ya antes de entrar descubres a pie de calle un espacio en el que se respira bienestar y tranquilidad, cuando entras en la recepción merece la pena pararse en su amplitud y explorar los lugares de lectura, de descanso, de espera, y porqué no… su elegante bar.
La estancia puede parecerte atemporal, entre sus piscinas plunge con vistas al mar, el rooftop bar, la piscina adults only o el Spa centre con gimnasio y, por supuesto, su restaurante.
Bienestar infinito en un hotel de estancias infinitas que, además, está a pie de playa y acaba de ser inaugurado en julio de 2020.
Infinita en el tiempo
La historia de Benidorm trasciende más allá de sus míticos hoteles y el boom turístico. Mucho antes, en lo que hoy se conoce como “El balcón del Mediterráneo”, se asentó una fortaleza defensiva.
Sí, sin duda alguna, es uno de los lugares que ver en Benidorm sí o sí. Cuando visites este lugar pasearás sobre sus ruinas, podrás ver los restos acristalados y conocer otra historia de Benidorm.
Y cuando llegues al final del “Balcón del Mediterráneo”, tendrás una de las mejores vistas de la ciudad, de la de hoy, pero también de la de ayer. Porque en el extremo sudoeste de Benidorm, se encuentra el Tossal de la Cala.
Un lugar donde se han encontrado restos arqueológicos de distintas épocas y que el ayuntamiento está habilitando para que puedas visitarlo.
Mientras llega ese momento, puedes subir y disfrutar de sus vistas y de la ermita Virgen del Mar.
La imagen de Benidorm desde este punto es menos conocida pero no por ello menos interesante y bonita.
Naturaleza infinita
Naturaleza infinita y sorprendente. En el extremo norte de Benidorm se encuentra el Parque Natural de la Serra Gelada, el primer parque marítimo y terrestre de la Comunidad Valenciana.
Si lo que te gusta es el senderismo, te van a encantar sus rutas descubriendo los acantilados, sus calas -donde podrás darte un baño-, y uno de sus secretos, una duna fósil colgante. Esta duna fósil tiene alrededor de 250 metros de altura y es la más alta del continente europeo, formada durante miles de años gracias a los vientos que permitieron que la arena se anclase quedando, literalmente, colgada del acantilado.
Si metemos la cabeza debajo del agua, lo mejor es hacerlo en la Isla de Benidorm, un islote enigmático con su historia, sus leyendas y un auténtico paraíso para los submarinistas. Debajo del agua puedes explorar la Cueva del Chango, Punta Garbí, los Arcos y, no muy lejos, también La Llosa.
La Llosa es una montaña sumergida y una de las inmersiones más espectaculares del Mediterráneo por sus cuevas y su abundante fauna marina.
Aunque este post tenga que acabar, como ves, Benidorm es, por tierra, por aire y por mar, una ciudad infinita.
Aquí tienes el mapita con todos los lugares que visitar en esta ciudad infinita, en Benidorm.