Hoy toca ir a pescar! Nos vamos de safari de Cangrejo Real en Noruega para degustar uno de sus más preciados manjares gastronómicos
Son pocas las ocasiones en las que se tiene la oportunidad de degustar una exquisitez culinaria del nivel del Cangrejo Rojo Real. Una de las mayores delicias del planeta que también se puede encontrar bajo el nombre de Cangrejo Real -King Crab-.
El Cangrejo Real es una especie originaria de Rusia. Concretamente del Mar de Okhotsk, que fue introducida en el Mar de Barents a principios de los años 60. No fue hasta mediados de los 70 cuando comenzó a aparecer en aguas noruegas.
Desde entonces la cuota registrada en mares noruegos no ha hecho sino crecer y crecer. De hecho, hoy día, el Cangrejo Real es un auténtico reclamo gastronómico en las poblaciones de la Costa Norte de Noruega.
Uno de estas localidades es la singular Kirkenes. Un remoto pueblo noruego, situado a excasos kilómetros de las fronteras rusa y finlandesa, muy popular por ofrecer actividades turísticas en torno al Cangrejo Real.
Así pues, aprovechando nuestra escapadita por estas latitudes, pensamos que, además de intentar ver Auroras Boreales, sería una genial idea darle un ¡caprichín al paladar! 😉
¿Necesitas coronas noruegas?
Desde este enlace puedes comprar moneda online en RIA con el mejor cambio y un descuento adicional si utilizas nuestro código promocional ESCAPADA.
Pescamos Cangrejo Real en Kirkenes
En Kirkenes se concentran la mayoría de empresas que realizan actividades de Safari de Cangrejo Real en Noruega. Una de las principales es la que con el Snow Hotel, un macro complejo turístico que aúna alojamiento, restauración y turismo activo en la zona. Optamos por ellos, nos parecieron bastante serios y experimentados. Además, nos alojábamos en una de sus cabinas. 🙂
La duración del safari era de unas 4 horas y su precio, 1800 NOK por persona (unos 180€ aproximadamente). 😉
Nos recogieron en la propia oficina del hotel y nos llevaron en una furgoneta hasta Bjørnevatn, una cercana zona cuyo nombre aún no hemos aprendido a pronunciar, jejejeje.
Después de ataviarnos cual pingüinos árticos (te facilitan todo el material térmico necesario)…
… la guía nos llevó con su moto de nieve al punto donde comenzaría la experiencia de la pesca real, el Lago Fjorden. Uno de los impresionantes lagos noruegos que permanece completamente helado durante los meses de invierno.
Resultaba realmente curioso pensar que nos estábamos deslizando sobre las mismas aguas que son utilizadas para darse un chapuzón en período estival … Un bloque de hielo de varios centímetros de espesor nos permitía recorrer el lago como si de un área de tierra firme se tratara. Daba un poco de respeto pero la sensación ¡nos gustaba! 🙂
Cuando llegamos al punto exacto donde nos estrenaríamos como pescadoras, vimos a la guía sacar todo un arsenal de herramientas de la parte trasera de la moto. Parecía que íbamos a talar árboles o a realizar algún tipo de extracción petrolífera en lugar de pescar Cangrejo Real, jejejeje. Es aquí cuando nos dimos cuenta de que en estas latitudes, las cosas funcionan de otra manera muy distinta a la que solemos estar acostumbradas en el Sur de Europa.
Sin dudarlo un segundo nos pusimos manos a la obra. Debíamos cortar, literalmente, un cuadrado del lago para conseguir extraer la red de pesca colocada en la zona con 24 horas de antelación. 🙂
Un “sacacorchos” de metro y medio, un serrucho del mismo calibre, una pala y una contundente hacha por si no teníamos bastante… Te aseguramos que la situación era de película. Estábamos presenciando uno de esos escenarios en los que nunca hubiéramos imaginado estar algún día…
En plena Laponia Noruega, con una temperatura de 6 grados bajo cero y alguna rachita de viento haciendo de las suyas: Tapadas desde el primer pelo de la cabeza hasta el último dedo del pie e ilusionadas como niñas por experimentar la peculiar forma de pescar que tan tradicional es, en invierno, en esta región del planeta. ¡Sobre todo por el pueblo Sami! ¡Estábamos felices!
Hicieron falta unos 10 minutos aproximadamente para terminar la “obra maestra” y poder extraer la red que se encontraba inmersa nada menos que a ¡seis metros de profundidad!
¡Tachán! ¡Ya tenemos Cangrejo Real! ¿Has visto el tamaño de estos ejemplares? ¡Impresionante!
El Cangrejo Real Noruego es famoso por su tamaño, pudiendo llegar a pesar hasta 4’3 Kg. Para que te hagas una idea, el peso de otros ejemplares a nivel mundial no sobrepasa los 3 Kg. 🙂
En la red había muchísimo más cangrejo del que necesitábamos por lo que la guía nos recomendó coger un cangrejo cada dos personas. Así que nos quedamos con un par de ejemplares y el resto volvió a su medio natural. Pescar está bien, pero ¡sólo lo imprescindible!
La fase de pesca había finalizado. Ya teníamos el sustento para el almuerzo.
Cocinamos el Cangrejo Real Noruego
Media hora hizo falta para llegar en moto de nieve al área conocida como Svanvik. ¡Qué nombrecitos!
Svanvik es un asentamiento de pescadores compuesto por unas cuantas casetas de madera, una cocina al aire libre y un baño. Un lugar con las necesidades básicas cubiertas en los que no hay lugar lujos ni ornamentos. Sólo lo imprescindible.
Inicialmente estuvo habitado por el pueblo Sami pero, dada la naturaleza nómada de este pueblo, la zona quedaba deshabitado la mayor parte del tiempo. Es por ello que el Gobierno Noruego decidió facilitárselo a los pescadores de la zona. 🙂
Metimos las patas -es la única parte que se come, el resto se devuelve al mar- del Cangrejo Real en una cazuela para hacerlo al vapor con tan sólo un poquito de sal. Cocinar esta delicia es así de sencillo, ¡sólo necesita 20 minutos!
Mientras tanto nos fuimos acomodando en el restaurante de montaña que había junto al poblado. Un lugar al cobijo del frío, perfectamente acondicionado y decorado con sumo cariño. Era una auténtica cabaña de montaña con cierto aporte tecnológico -había Wifi y TPV-. La atmósfera era realmente acogedora. 🙂
Tic tac, tic tac,… Los minutos pasaron y por fin vimos aparecer por la puerta a nuestra guía. Traía una enorme sonrisa en la boca y una bandeja gigante repleta de patas de ¡Cangrejo Real Noruego! ¡Cómo nos íbamos a poner!
Lo de evitar ensuciarse las manos, ¡aquí no vale! Hay que coger la pata con fuerza y trocearla por la parte de las articulaciones. Por supuesto, siempre ayudándonos de unas tijeras para poder hacernos con toda la carne de su interior.
Decir que estaba bueno es quedarse corto. El gusto del Cangrejo Real es muy suave y sabroso, con una textura esponjosa y tierna que resulta una verdadera exquisitez al paladar. No habíamos probado nada parecido en la vida. Un sabor completamente distinto al del cangrejo común que podemos probar en el Sur de Europa.
La chica nos recomendó degustarlo a lo noruego.Esto es: rebanadita de pan tostado, una leve capa de mantequilla, contundentes trozos de cangrejo, un poquito de mayonesa y unas gotitas de limón…
¿Resultado? ¡Auténtica explosión gastronómica! En esta ocasión, el orden de los factores (ingredientes) sí altera el resultado final. Puede parecer una tontería, pero las discretas gotitas de limón potenciaban un mundo su sabor. ¡Delicioso! 😉
Después de una distendida sobremesa, con café incluido, nos retornaron a nuestros respectivos hoteles. Era la hora de reposar el “cangrejito” con una reconfortante ¡siesta noruega! 🙂