Descubrimos la historia de Ainsa asomándonos a sus miradores y recorriendo cada piedra de esta importante villa medieval de Sobrarbe
Después de nuestra visita a la bella ciudad de Huesca, tocaba subir un poquitín más al Norte, concretamente, nuestra base de operaciones para ese finde iba a estar en el entorno del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, en el pequeño pueblecito de Almazorre.
Casa Rural Trallero nos acogía para disfrutar de la que se convertiría en una de las escapadas que con más cariño recordamos. Mientras hacíamos estas fotos nos imaginábamos en la terraza, con un vinito, tras un día de senderismo por la zona… Ainss qué recuerdos!!! 😉
Tras instalarnos y calmar un poco el apetito, nos pusimos en corro frente al mapa de la zona para decidir qué sería lo primero que visitaríamos. Diez minutos después lo teníamos claro, empezaríamos visitando Ainsa, una preciosa villa medieval perteneciente a la comarca de Sobrarbe, a escasos kilómetros del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y de gran riqueza histórico-patrimonial.
Media hora de estrecha A-2205 (está en buenas condiciones pero hay que ir tranquilitos con el coche…) y un pequeño tramo de la N-260 nos permitieron llegar hasta Ainsa, donde dejamos el coche en un parking público que vimos justo a la entrada.
La villa de Ainsa tiene dos zonas poblacionales claramente diferenciadas: La zona moderna y comercial que es a la que se accede por la carretera, y la zona del casco antiguo medieval, declarada Conjunto Histórico Artístico desde 1965. A esta segunda zona es a la que nos dirigíamos nosotros! 🙂
Qué ver en Ainsa
El casco antiguo o zona medieval de Ainsa se encuentra en la parte más alta de la localidad. Se puede subir por el pueblo, pero nosotros elegimos un caminito de tierra (Camino de Las Eras) que comienza justo al otro lado del paso de peatones que hay en la carretera principal. Nos pareció más divertido, ahí, a la aventura, jejeje. 🙂
Calles del casco antiguo de Ainsa
Cinco minutos de subida fueron suficientes para llegar hasta al casco histórico de Ainsa. Un arco de piedra maciza nos invitaba amablemente a su histórica morada donde un encantador entresijo de calles y plazas empedradas aguardaba ser descubierto.
La preciosa Calle Mayor de Ainsa iniciaba el recorrido. Sus fachadas completamente de piedra, con rejas de forja y macetas de coloridas flores hacían que pasear por ella fuera una auténtica delicia…
… cada poquitos pasos un coqueto negocio local salía a nuestro encuentro…
… sin faltar las terracitas de los bares y restaurantes, claro está! ¿Os apetece una cañita en la terraza del bar La Trompetilla?
De repente, Mar se desvía y se va a la derecha, su intuición le hace cambiar ligeramente el rumbo y como no podía ser diferente, nosotros la seguimos ¿El resultado? Un estratégico mirador desde el que poder contemplar unas maravillosas vistas del Tozal de Palo, la Sierra de Muro y el Embalse de Mediano, uno de los mayores embalses de Aragón y el que confluyen las cristalinas aguas de los ríos Cinca y Ara.
Uno, dos y tres… Pa ta taaaaa!!
El nombre de Embalse de Mediano le viene dado por la localidad que quedó anegada tras su construcción. De todas las edificaciones que quedaron inundadas de la antigua localidad de Mediano, la única que puede verse, aún estando el embalse completamente lleno, es la iglesia parroquial. Por este motivo, esta zona tiene un gran atractivo para el buceo de interior. Estas fresquitas aguas tranquilas del Pirineo son también las protagonistas de actividades de ocio como travesías de kayak o piragua, pesca e incluso algún bañito! 😉
Tras esta gratificante aventurilla, volvimos a nuestro recorrido empedrado para encontramos con la placita de San Salvador.
Museo de Oficios y Artes Tradicionales
La pequeña plaza de San Salvador es el punto de origen de las peatonales calles Pequeña y Mayor y el lugar donde se encuentra el Museo de Oficios y Artes tradicionales de Ainsa.
Este museo-exposición, instalado en la casa Latorre (una de las más espectaculares viviendas locales), reune una completa colección de enseres y herramientas utilizadas hasta hace no muchos años, cuando todavía, los nobles oficios de la alfarería, carpintería, forja o producción textil no estaban industrializados.
La verdad es que me encantan este tipo de pueblos! Me gusta imaginarme cómo vivían los lugareños cientos de años atrás cuando el candil y la vela eran las únicas formas de alumbrarse y ni tan siquiera existía el concepto de tecnología… En cierto modo me ayuda a valorar lo que tenemos actualmente! 😉
Plaza Mayor de Ainsa
Seguimos subiendo hasta llegar a otro arco empedrado (el Potal Alto Gonzalo I), tras cruzarlo, una preciosa y encantadora Plaza Mayor nos saludaba.
Según los escritos, su origen se remonta a los siglos XII y XIII, años de gran auge de la localidad. Su enormes dimensiones y el perfecto estado de conservación de los edificios originales, la convierten es una de las plazas medievales más bonitas de España.
¿Bastante grande, verdad? Tremendos mercados medievales han tenido que organizarse aquí!!! 🙂
El toque característico lo aportan los sotoportales que pueden encontrarse en la parte baja de los edificios, la mayoría de ellos, como es habitual, son utilizados por tiendecitas de souvenirs o negocios de restauración. Espacio para instalar las terracitas hay más que de sobra, jejeje. 😉
Uno de estos negocios es Casa Paulino.
Entramos en Casa Paulino porque queríamos comprar algo para comer (a Violeta le apetecía una madalenita) y nos llevamos una grata sorpresa al ver la cantidad de productos artesanales (tanto gastronómicos como objetos de souvenir) y la enorme variedad de vinos que allí se vendían. En su planta baja tienen hasta una bodega… Nos encantó!!
No suficiente con todo esto, antes de irnos, la amable dependienta nos dio varias indicaciones y sugerencias de puntos naturales y de interés que podíamos conocer por la zona. No podíamos haber elegido lugar más completo para entrar!! jejeje.
Iglesia de Santa María
Un edificio de especial interés y relevancia de la Plaza Mayor es la Iglesia de Santa María, una Iglesia caracterizada por su sobriedad y cuya torre fue un elemento clave en la defensa de la villa. Prueba de esto son las saeteras que podemos ver en la fachada.
Monumento homenaje a los Fueros de Sobrarbe
Cruzando la Plaza Mayor, la localidad de Ainsa rinde homenaje a uno de los momentos de mayor trascendencia para la villa: La creación de los legendarios Fueros de Sobrarbe.
La importancia de estos estatutos jurídicos, creados por refugiados cristianos en las montañas de Sobrarbe, radica en que fueron los primeros desde que la península ibérica fuera invadida por musulmanes. 😉
Castillo – Fortaleza
Y tras este pequeño apunte de historia, continuamos nuestra visita hasta llegar al Castillo de Ainsa. Esta antigua fortaleza medieval, rodeada por completo por una muralla, tiene su parte más antigua en la Torre del Homenaje (S. XI), lugar utilizado a día de hoy por el Eco-museo o Albergue de la fauna.
La Oficina Comarcal de Turismo se localiza en otra de sus torres.
Desde el amplio Patio de Armas, utilizado varias veces al año para festivales de música y ferias, se puede acceder por unas escaleras hasta la parte alta de la muralla, desde donde se pueden divisar unas fabulosas panorámicas de Ainsa y su privilegiado entorno!
Qué bonito nos parecía todo!! Además nos estaba haciendo un día muy bueno, con cielos ligeramente nublados pero lo suficientemente claros como para sacar unas estupendas fotos!! 🙂
Cruz Cubierta
Y como colofón de nuestra visita a la bonita e histórica villa de Ainsa, seguimos las indicaciones de la dependienta de Casa Paulino y nos dirigimos a otro icono de obligada visita: La Cruz Cubierta.
Situada a 1,5 km del Castillo, la Cruz Cubierta es un templete en cuyo interior, sobre un altar, se puede ver una carrasca coronada con una cruz. Este monumento fue construido en 1655 en conmemoración de la reconquista de Ainsa tras la batalla que tuvo lugar, según la leyenda de “La Morisma” justo en este lugar. 😉
Y hasta aquí la visita, nos quedaba todavía todo el fin de semana por delante y mucho entorno para disfrutar! 😉