Súbete al Tren de los niños y prepárate para disfrutar, junto a unos pequeños profesionales, del increíble entorno natural que abraza Budapest
Tras haber visitado Budapest hasta en cuatro ocasiones, esta última vez nos apetecía disfrutarla de otra manera. Por un día, queríamos alejarnos del típico recorrido turista y lanzarnos a conocer sus alrededores, bien haciendo senderismo o bien viviendo alguna experiencia. Al fin y al cabo, Budapest está rodeada por una inmensa y frondosa zona boscosa con decenas de maravillosos lugares por descubrir.
Por eso, cuando Josemi -nuestro contacto y guía en Budapest– nos habló del Tren de los niños, y del recorrido que éste hacía por el corazón de las colinas de Budapest, lo tuvimos claro… ¡Ya teníamos actividad! 😉
Tren de los niños
El Tren de los niños es un invento que surgió poco después de finalizar la II Guerra Mundial bajo el nombre Tren de los Pioneros. El movimiento comunista que se instauró en Hungría quería inculcar a los niños, desde edades muy tempranas, una buena base de principios ideológicos para su mejor integración en la nación…
No vamos a entrar en discutir qué nos parece o nos deja de parecer esa decisión, lo importante es que ese inicio ha evolucionado hasta llegar a nuestros días convertido en una divertida experiencia que fascina por igual a niños y mayores.
La peculiaridad de esta atracción es que los encargados de llevar toda la gestión asociada al tranvía son unos simpáticos y profesionales niños de entre 10 y 14 años. La conducción de la locomotora corre a cargo de un adulto, pero del resto de funciones -venta de billetes, figura del revisor, controladores,…-, se encargan ¡los peques! Eso sí, las realizan por turnos de máximo 2 días al mes para no interferir en el cole y su educación, y de manera ¡completamente voluntaria! 😉
El Tren de los niños comprende 7 estaciones intermedias y realiza el recorrido Hűvösvölgy – Széchenyihegy todos los días del año desde las 8:45 hasta las 16:15 cada 45 minutos (los fines de semana y festivos hasta las 17:45). El precio de un billete de adulto son 700 florines húngaros -2’3€ aproximadamente-.
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Cómo llegar a Hűvösvölgy desde Budapest
1º.- L4 de metro [Kálvin tér – Szent Gellért tér]
La novísima y modernista línea 4 de metro conecta la céntrica estación Kálvin tér con Szent Géllert tér, la estación situada a los pies del Monte Gellért -justo al lado del histórico balneario Gellért-. El Monte Gellért es un emplazamiento popularmente conocido por las vistas que se obtienen desde sus colinas así como por esconder uno de los rincones secretos de Budapest, el Jardín de la Filosofía.
Son apenas dos paradas por lo que, en unos 5 minutos, habrás llegado.
2º.- Tranvía 56A [Gárdonyi tér – Hűvösvölgy]
Una vez en los pies del Monte Gellért, debes coger el tranvía 56A dirección Hűvösvölgy. El nombre de la parada Gárdonyi tér proviene de un pequeño parque que hay justo al lado. La verás enseguida en uno de los lados de la calle Bartók Béla. No tiene pérdida. 😉
La frecuencia del tranvía es de unos 10 minutitos aproximadamente y el trayecto hasta Hűvösvölgy suele ser de 20 ó 25 minutos.
Entre los dos tramos se os pueden ir unos 45 minutos.
Chú, chú, ¡pasajeros al tren!
La locomotora de nuestro tren hacía su aparición, detrás de ésta, una hilera de vagones disminuía poco a poco su velocidad hasta deternerse por completo frente a nosotros. ¡Era nuestro turno! 🙂
A pesar de que la temperatura era más bien fresquita, nos acomodamos en uno de los vagones cuyas ventanas estaban sin acristalar, al aire libre; preferíamos sentir el viento en nuestras mejillas aunque tuviéramos que ponermos una chaquetita…
El tren comenzó a moverse… A uno y otro lado, la vasta naturaleza del Parque Nacional de Danubio Ipoly -el de mayor extensión de Hungría- nos brindaba bonitos paisajes y nos invitaba a observarlos con la mirada perdida.
El Tren de los niños recorre 11 kilómetros de este enclave natural, ofreciendo algunos ventanales con vistas de esas que te llenan la retina.
Estábamos completamente absortos con el momento, de repente, una amable vocecita nos pide los billetes… Giramos la cabeza y nos encontramos con el ¡peque revisor! 🙂 Un niño perfectamente uniformado, todo seriote y formal, muy muy educado y hablando un perfecto inglés.
Le observábamos con ternura y sin poder evitar que una sonrisa bobalicona hiciese acto de aparición… Antes de irse, le dimos las gracias y le preguntamos si nos daba permiso para publicar su foto. 🙂
El tren avanzaba según lo previsto, haciendo la parada de rigor en cada estación que tenía programada. En todas ellas, otros niños y niñas saludaban la entrada del convoy al más puro estilo militar. La situación nos parecía de lo más simpática. 🙂
Décadas atrás, este tren era utilizado por los habitantes de Budapest y pueblos cercanos en sus escapadas de fin de semana. No había excesivos recursos económicos y las colinas de Buda era perfectas para pasar un día en familia o con amigos.
Hoy día, las múltiples zonas de ocio y aventura que hay habilitadas son todo un reclamo para disfrutar de una jornada con los peques rodeados de naturaleza y a escasos kilómetros de Budapest.
Una de las paradas más interesantes del recorrido es la estación Jánoshegy. No en vano, es el lugar desde el que parte el sendero que permite llegar hasta Erzsébet Kilátó -Torre de Isabel-. ¿Y de qué Isabel estamos hablando? Pues nada menos que de la mismísima Sissi Emperatriz. 🙂
Como curiosidad, esta torre fue construida, en 1911, por el mismo arquitecto que diseñó el Bastión de los Pescadores. 😉
En días con cielo despejado merece muchísimo la pena pegarse la caminata para contemplar ¡Budapest en toda su plenitud!
Pero si hay una parada que destaca por encima de las demás es la de Normafa o Bosque de Norma. Este lugar, situado en lo alto de la colina, es famoso por ofrecer unas panorámicas de Budapest realmente espectaculares así como por sus atardeceres o sus amplios espacios verdes donde practicar deporte o, sencillamente, pararse a leer o a escuchar a la fauna avícola…
Última parada del tren… Széchenyihegy
El recorrido había llegado a su fin. Se puede coger ida y vuelta pero nosotros… Teníamos otros planes ;). ¿Cuáles? Pues como era medio día… Irnos a comer a uno de los restaurantes húngaros más tradicionales de Budapest. El restaurante Bajai Halászcsárda.
Eso sí, para llegar hasta él, debíamos tomar el tren cremallera y bajarnos en la segunda parada, Muvész út.
Una de las especialidades del restaurante Bajai Halászcsárda, es el típico plato de Goulash húngaro… Aquí lo preparan de pescado y les sale ¡de vício! ¿Precio? La sopa básica son 1990 florines -6’50 € aproximadamente-; algunas más elaboradas, 2990 florines -unos 9’50€-.
La decoración del restaurante es muy coqueta, con aperos agrícolas por las paredes y mesas vestidas de ese rojo y verde tan característico de Hungría. ¡Nos encanta este sitio! Siempre que venimos a Budapest, intentamos comer aquí. 😉
Y para ponerle un dulce final a la jornada, el postre nos lo tomamos en la pastelería Szamos que hay justo al otro lado de la calle…
Es una de las mejores cafeterías de toda Hungría y tienen tantos postres, y todos tan ricos, que siempre nos cuesta horrores decidir qué pastel tomar.
Al final cayó uno de chocolate… 🙂
No lo hicimos del todo mal, ¿verdad? 😉