Castro de Baroña, el más importante y mejor conservado castro de Galicia. Hoy visitamos este asentamiento de pescadores de la Edad de Hierro en el concello de Porto Do Son
El Castro de Baroña es un asentamiento que data de la Edad de Hierro, concretamente estuvo habitado desde el s. I a.C. hasta el s. I d. C. La excavación que dio lugar a su descubrimiento data del año 1933, sufriendo una importante restauración en 2012 que le devolvió parcialmente el estado original. Se encuentra en la parroquia de Baroña, perteneciente al ayuntamiento de Porto do Son en A Coruña.
La belleza y singularidad del Castro de Baroña reside en el lugar elegido por sus habitantes para levantar su asentamiento. Está situado en una pequeña península rocosa, separada de la tierra por un istmo de arena.
Nosotras estábamos de vacaciones justo al lado, en Corrubedo, a menos de 15 minutos en coche.
La verdad es que teníamos muchas ganas de ver este castro. No en vano, es el mejor conservado de toda Galicia junto con el Castro de Santa Tecla de la pontevedresa localidad de A Guarda.
Castro de Baroña
Cuando llegamos al lugar nos dirigimos al punto de información. Una caseta de madera a un lado de la carretera donde una amable chica nos facilitó unos completos folletos del castro y del precioso entorno natural en el que se encuentra.
Con toda la información, empendrimos la marcha por el camino perfectamente señalizado que discurre entre el bosque. 500 metros después habíamos llegado. 🙂
Una enorme extensión rocosa con restos de lo que fue el antiguo asentamiento nos daba la bienvenida.
Sin pensarlo dos veces, nos acercamos al cartel informativo que explicaba las diferentes áreas que se podían ver, así como cual era la mejor ruta a seguir para verlo en detalle. El acceso no está restringido y es totalmente gratuito, pero te recomiendan que sigas un orden para que no te pierdas nada y sepas en cada momento donde estás y qué estás viendo exactamente.
Además, veréis que hay una serie de flechitas en el suelo que te lo van indicando 🙂
- La trinchera. Un foso defensivo de 4 metros de ancho y 3 de fondo
- El primer muro defensivo de piedra y arena
- El segundo muro defensivo de piedra y arena
- La entrada al asentamiento. Flanqueada por una torre nos la encontramos después de un triple encintado de muros paralelos y escalonados
- Las viviendas. 20 viviendas familiares con forma circular u oval sin puertas ni ventanas
- Las escaleras interiores
Ese día no había mucha gente, por lo que se podía pasear cómoda y tranquilamente entre las construcciones mientras hacíamos decenas de fotos de lo que un día fue una zona habitada por pescadores y agricultores lugareños.
El entorno era magnífico! Numerosas montañitas de piedra lideradas por la parte más alta de la ciudad, la acrópolis, nos hicieron el uso de improvisados miradores desde donde se podía contemplar las aguas del Atlántico y de la Ría de Muros y Noia. Nosotras subimos hasta lo más alto de la acrópolis, había que tener cuidado con donde se iba pisando pero no había peligro alguno, además, las instantáneas resultantes merecieron la pena… 😉
En el asentamiento se pueden ver perfectamente construcciones que sirvieron de escaleras de entrada al poblado, diferente muros defensivos utilizados para evitar que el enemigo entrara a atacar a los habitantes y construcciones con forma de elipse y circulares que servían de viviendas familiares. Estos hogares, ya por aquella época, se construían de diferente tamaño. Entendemos que por cuestiones relativas al número de miembros de la familia… 🙂
Los habitantes que hubo en este asentamiento eran granjeros autosuficientes, alimentándose sobre todo, con productos del mar como el pescado y el marisco. Durante la excavación del Castro de Baroña se encontraron numerosos anzuelos y herramientas de pesca así como espinas y vértebras de pescado.
Según estuvimos informándonos, cuando se realizaron las excavaciones no se hallaron restos que permitiesen el almacenamiento de agua, algo que parece indicar que tendrían que buscarla fuera del asentamiento.
A raiz de las excavaciones perpetradas, también se ha averiguado que en el Castro de Baroña se desarrollaron actividades relacionadas con la minería y la metalurgia. De hecho, en la zona norte, hay un horno en el que con total seguridad, se debió trabajar el bronce y otros metales como el oro y el hierro.
Es una visita obligada si estás por la zona. El entorno es fabuloso y el lugar es de lo más interesante! 😉
Os dejamos la ubicación exacta.