Custodiado por leones y en los Picos de Europa, esa es la carta de presentación del Real Sitio de Covadonga, un rinconcito asturiano que no te dejará indiferente
Perteneciente al concejo de Cangas de Onís, el Real Sitio de Covadonga es de obligada visita si estás por tierras asturianas. Seas devoto o no, su excepcional enclave en los Picos de Europa le dota de una belleza paisajística inigualable que merece la pena conocer y disfrutar.
Su cercanía a puntos estratégicos de la geografía asturiana como Cangas de Onís (9 km) lo convierten en el destino perfecto para pasar un día descubriendo sus encantos.
Su amplio conjunto de monumentos y edificios religiosos, como la famosa Basílica, un gran templo monumental que se alza imponente en lo alto del cerro Cueto y que se divisa desde la carretera de acceso a Covadonga, confiere a este enclave asturiano la acertada definición de Santuario.
Qué ver en Covadonga
Aparcado nuestro Opel Mokka en una pequeño parking gratuito al inicio del pueblo y con capuchas para protegernos de la lloviznilla que estaba cayendo, nos dispusimos pendiente arriba saludando a nuestro paso a los dos grandes leones de mármol de Carrara que custodian el acceso a Covadonga. La verdad es que la expresión de su rostro imponía bastante, cualquiera se atrevía a decirles nada… 🙂
Santa Cueva
Después de obtener el permiso de los magnánimes guardianes inmóviles, nos dirigimos a la que debe ser la primera parada de cualquier turista, la Capilla de la Santa Cueva, donde además coincidía que se estaba celebrando una misa (eran casi las 12 del medio día).
Santa casa de la Virgen de Covadonga, conocida cariñosamente por los asturianos como La Santina, esta capilla es posiblemente el lugar más curioso donde hemos visto celebrar una liturgia religiosa. Y es que sin ir más lejos, la capilla, reconstruida en el año 1778 tras el incendio que sufrió un año antes, está enclavada en una cueva del Monte Auseva, en plenos Picos de Europa. ¿No os parece curioso?
Esta soberbia montaña de la que emanan las aguas del río Covadonga es realmente un rinconcito con mucho encanto. La belleza de la naturaleza fusionada con la religión católica proporciona a Asturias este importante centro de culto de gran valor para la fé cristiana.
La Santa Cueva conecta con la plaza de Covadonga mediante un pasadizo que atraviesa la montaña y que ofrece una ventana natural con vistas al flamante templo. Nos gustó mucho la vista de la Basílica desde este rincón! 🙂
La Santa Cueva es además el lugar donde descansan los restos mortales de D. Pelayo, primer Rey de Asturias, así como los de su esposa y hermana.
Basílica
Ya en el otro extremo del pasadizo de la Santa Cueva y tras cruzar la plaza del pueblo, llegamos hasta la famosa Basílica, en la parte más alta del Real Sitio. Este punto es un excelente lugar para obtener unas bonitas panorámicas.
Este impresionante templo de piedra, de las propias montañas de Covadonga, fue mandado a construir en el año 1877 por el obispo de Oviedo, D. Benito Sanz y Flores, en un intento de devolverle la grandeza a la localidad. Tras 24 años de construcción, fue inaugurado y bendecido en 1901.
Disfrutando del entorno y sacando unas fotos estábamos cuando de repente una imponente voz, que venía desde todos los rincones, nos sorprendió con el siguiente mensaje: “El Real Sitio de Covadonga no es sólo un sitio para el turismo, es un lugar de peregrinación…”. Nos quedamos un poco impactadas, la verdad, pero bien es cierto que hay que tener en cuenta que Covadonga no es sólo un pueblo más de Asturias, sino que es un Real Santuario de peregrinación religiosa para todos los cristianos. 🙂
Paseo de los Canónigos
Tras volver nuevamente a la normalidad nos dirigimos tranquilamente hacia las escaleras que dan acceso a la parte baja de la villa, un paseo muy agradable por la explanada de la Basílica en el que nos encontramos un precioso rincón conocido como el Paseo de los Canónigos. Un rinconcito al cobijo de la vegetación diseñado para el deleite de los paseantes.
Casa de Ejercicios
Era difícil pasear sin encontrar a nuestro paso un monumento o edificio religioso. La Casa de Ejercicios, lugar especialmente diseñado para el silencio y la actividad espiritual, fue el siguiente protagonista de nuestro recorrido.
Jardines del Príncipe
Nuevamente en el punto de partida junto a nuestros leones guardianes no queríamos irnos de este lugar tan especial sin sacar unas bonitas instantáneas de los Jardines del Príncipe, lugar poco conocido para la mayoría pero con una gran belleza otorgada por sus puentes de madera y senderos de vegetación al paso del río Covadonga.
Con esta escapadita mañanera dábamos por terminada nuestras vacaciones por Asturias. Habían sido 4 días recorriendo una parte de esta increible región española. Sin duda alguna, una primera toma de contacto que da paso a otras futuras, quizás con mejor tiempo…jejeje.