Chania: ¡el despertar de tus sentidos!

Chania, también conocida como La Canea, es una de las ciudades más bonitas y hermosas de Grecia y la más pintoresca de Creta superando, con mucho a su capital, Heraklion.

Chania es una ciudad llena de color y de vida. Una ciudad interesante, multicultural y de lo más atractiva. De esas que no dejan indiferente. Su amplio y animado centro histórico es una especie de museo de civilizaciones al aire libre en el que cada uno de los pueblos que la habitó tiene cabida. Un entramado de callejuelas -algunas escalonadas- que confluyen en su espléndido paseo marítimo y que, día tras día, recorren, curiosean y fotografían cientos de turistas. Y es que Chania, al fin y al cabo, es la niña bonita de Creta.

Alojamiento en Chania

El mayúsculo encanto de Chania, junto a sus buenas comunicaciones -el aeropuerto está a 15 km- y la cantidad de fabulosos tesoros que tiene cerquita, convierten a la ciudad de Chania, en la opción perfecta para alojarse unos días durante las vacaciones en Creta

Dos buenos ejemplos de alojamiento son los apartamentos Vrana Studios, muy cómodos y céntricos pero sin molestias de ruido; y el encantador Hotel Off, en el corazón de la ciudad y decorado con un gusto exquisito.

Otra opción es alojarte en las zonas aledañas de Chania, como hicimos nosotras. Durante nuestra semanita cretense estuvimos en el apartamento Villa Gereoudis, en la zona de Kolymvari –a la izquierda de Chania-. Lo elegimos porque su precio era moderado y tenía una terraza muy amplia y una maravillosa zona privada con bar y piscina. ¡Fue todo un acierto!

Qué ver en Chania

Su casco histórico está dividido en cuatro barrios, todos diferentes y con personalidad y estilo propios. Una personalidad que se aprecia en cada uno de los monumentos y edificios que legaron las tantas culturas y pueblos que pisaron sus calles.

Barrio Judío “Evraiki”

Sin duda alguna, el barrio que más nos gustó. Sus callejones rebosaban vida, alegría y color. Y flores, y música y aroma. ¡Grecia en estado puro! 😀

A uno y otro lado se sucedían tiendecitas rebosantes de productos locales y artesanía y restaurantes con un encanto mayúsculo.

Hasta las bocas de incendio están escoltadas por floridas y alegres macetas. Por cierto, algo que nos llamó mucho la atención fue la cantidad de bocas de incendio que hay. En apenas 4 callejuelas nos topamos con 5 ó 6… Dicen que es mejor prevenir que curar… 😉

Y es que, si algo se respira en el bonito barrio judío de Evraiki, ¡es color!

En cuanto al legado monumental, en esta parte de Chania, destacan la imponente Iglesia veneciana de San Francisco, el Museo Arqueológico de la ciudad y el bastión Schiavo (esclavo).

Barrio Kasteli

Situado al Este del barrio judío, el barrio de Kasteli es quizás la zona más concurrida de Chania. Centenares de turistas yendo de un lado a otro, parándose en los diferentes escaparates de las numerosas tiendas o tomando un tentempié en las terrazas de las muchas plazas que hay.

Resultaba difícil moverse entre la multitud. Obtener un foto limpia y sin turistas era misión casi imposible… 😛

Sin embargo, tenía su encanto. Al final siempre encontrabas cierto orden, y con pasito traquilo y paciencia llegábamos a los lugares más interesantes, como la céntrica plaza Athinagora donde se encuentra la flamante Catedral de Chania, de mediados del siglo XIX. Casi, casi, conseguimos retratarla sin presencia humana, jejeje.

Otro de los importantes monumentos que podemos encontrar en Kasteli, y que mejor representa la ocupación turca de la ciudad, es la Mezquita de los Jenízaros, espléndida como ella sola. 😀

Esta singular y bonita construcción con varias cúpulas, fue levantada por el pueblo turco en el año 1645, siendo el monumento otomano más antiguo de la isla de Creta.

Barrio Splantzia

Es el barrio situado más al Este del casco histórico. También llamado barrio turco, es la zona de Chania donde se encuentra el Mercado Municipal, el cual, ocupa un antiguo edificio de 1911. Un buen lugar para hacerte con alguna de las muchas variedades de aceitunas griegas, especias, verduras y todo tipo de productos frescos de la región.

Además del mercado, en este barrio resulta especialmente interesante la visita a los tres principales monumentos religiosos: La Iglesia de San Nicolás, la Iglesia ortodoxa de Agioi Anargyroi o la pequeña Iglesia veneciana de San Rocco.

Barrio Topanas

Barrio aristocrático por excelencia y residencia de las familias más apoderadas durante el final de ocupación otomana. Las calles del cretense barrio de Topanas albergan dos de los iconos más emblemáticos de Chania: El Faro veneciano del siglo XVI…

… y el baluarte defensivo de Firka, construido nada menos que en 1629. Hoy día, este lugar alberga el Museo Naval y el teatro de verano. 🙂

Además de estas famosas e importantes construcciones, este distinguido barrio esconde rincones muy especiales, como la puerta veneciana Renieri, situada en lacalle Theofanous…

… o el mirador más occidental de Chania, desde el que poder admirar puestas de sol tan mágicas como ésta. 🙂

Este mirador lo encontramos por casualidad. Tras recorrer las calles del interior del barrio de Topanas, decidimos subir por una callejuela empedrada y cruzar un pequeño arco de piedra. Parecía que estábamos en medio de la nada, en un descampado abandonado, pero seguimos avanzando un poco y llegamos a este sitio tan especial desde donde teníamos unas vistas realmente espléndidas, tanto de la ciudad, como de las imponentes Montañas Blancas, lugar donde se encuentra la famosa Garganta de Samaria y su ruta de senderismo que desciende desde los 1000 metros de altura hasta el nivel del mar. 😮

Si hubiéramos tenido más tiempo nos hubiera gustado realizarla pero bueno, ¡otra vez será! 😉

Tras pasar más de media hora disfrutando del momento, volvimos sobre nuestros pasos para bajar hasta el bonito puerto.

Estábamos en la hora azul y las escenas casi se fotografiaban solas.

Instantes después, el ocaso había llegado y Chania se vestía con sus mejores galas. ¡Qué elegante y romántica se puso! Que rabia nos dio no haber cogido al menos una noche aquí…

Así que nada, la disfrutamos un poquito más, curioseando algunos de los puestos del puerto y tomando unas ricas rubias griegas -una de ellas sin alcohol- y dijimos “¡hasta luego Chania!” 🙂

Chania nos había enamorado de por vida. En el camino de vuelta decidimos que algún día volveríamos con más tiempo para poder dedicárselo sólo a ella, a esta carismática y multicultural ciudad. 🙂